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| Presenta Canainpa la iniciativa al cabildo de Torreón. | Manuel Guadarrama |
Por medio de la Dirección de Turismo se ha hecho llegar esta iniciativa para presentar el dictamen en la Comisión de Regidores.
Canainpa presentó la iniciativa al cabildo de Torreón con el objetivo de que se emita una placa que identifique a panaderías oficiales que elaboran el alimento de manera tradicional y artesanal.
Con una producción estimada de 200 mil piezas al día y un consumo de pan per cápita de 30 kilos anualmente, el pan francés brilla en la identidad de miles de laguneros, lo que le ha dado un sitio privilegiado en la cultura gastronómica de La Laguna y de México.
De ahí que la iniciativa de darle al pan francés la declaratoria de Patrimonio Cultural y Gastronómico de Torreón, cada vez se cocina más, no solo para fortalecer a la industria panificadora de la región, sino a la identidad, la cultura, gastronomía y el turismo de la Comarca Lagunera.
Desde cursos de verano de elaboración de pan francés para niños y niñas, historias de gastronomía lagunera en Estados Unidos, que llevan el pan francés desde La Laguna hasta Dallas, y diseñadores de joyería de plata, que han hecho del pan francés lagunero, su inspiración.
La iniciativa de Canainpa
De acuerdo a Pedro Ávila Aguilera, consejero de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa), y miembro de una familia de once hermanos dedicados a la panadería, señaló que “se ha presentado esta iniciativa para que la Comisión de Regidores correspondiente emita un dictamen en donde valide algo que los consumidores laguneros ven como parte de su identidad.
Dijo que por medio de la Dirección de Turismo se ha hecho llegar esta iniciativa para presentar el dictamen en la Comisión de Regidores, “serán ellos quienes valoren y reconozcan la importancia de este producto”.
Expuso que el objetivo será retomar un producto que es parte de La Laguna, con la idea de que cada negocio pueda decir que elabora el pan francés tradicional, pero que debe cumplir con ciertos requisitos tales como la fermentación en tablas de madera, el amasado, uso de lienzos de manta. Además, que sea horneado en un horno de tabique de manera artesanal, lo que le da un sabor diferente al pan que se realiza en autoservicios.
Dijo que a la petición hecha al municipio de Torreón, esperarían la respuesta del Cabildo en un plazo de dos meses, esperando que sea antes del 15 de septiembre para incluirlo en los festejos de la ciudad.
“Dentro de las peticiones que se están haciendo al Ayuntamiento, es que se emita por parte de la Secretaría de Turismo de Coahuila una placa o certificación que ostenten a los negocios como panaderías oficiales que elaboran el pan de manera tradicional y artesanal. La idea es que se diga que Torreón es la tierra del pan francés, como un tema turístico”.
Ávila Aguilera refirió que en las panaderías de la región se estima una producción que va desde los 150 mil a 200 mil piezas diariamente, ya que la gente lo consume por las mañanas, en días de frío o lluvia o en la comida, en lonches o tortas. De acuerdo con la Canainpa, en La Laguna el consumo es de 30 kilos por persona anualmente.
El reto será una campaña pro-consumo: Canainpa
Si bien Raúl Morell García, delegado de la Canainpa en La Laguna, estima que el consumo anual de pan es de 30 kilos por persona, este pudiera ser mayor; sin embargo, dijo, aún hay campañas que se han dedicado a desprestigiar el consumo de pan, por lo que el consumo no se ha incrementado.
Frente a estos retos, Morell García dijo que son los malos hábitos de las personas lo que engordan y no propiamente por el consumo del pan y, aseguró, esto no se debe propiamente al consumo de las harinas.
Por tal motivo, y aprovechando la iniciativa de declarar Patrimonio Cultural y Gastronómico al pan francés, la Canainpa ya visualiza hacer una campaña para dar a conocer los beneficios del consumo del pan, no solo en la región, sino a nivel nacional.
Reconoció la importancia que tiene este producto en la gastronomía, ya que, aseguró, mucha gente que llega a La Laguna para comprar el pan francés y llevarlo a otras entidades o incluso a otros países. "Se dice que ellos se llevan el pan, lo congelan para mantenerlo varios días, para luego ser consumido".
Luis Carlos Valdés de León
Fuente: Milenio
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