
Una hoja de amargo dulzor
El uso de plantas en la cocina implica siempre la necesidad de técnicas (y hasta trucos) que puedan asegurarnos resultados favorables. En el caso de la estevia nos encontramos con que, paradójicamente, es una planta dulce con un fuerte matiz amargo; el esteviósido A, la molécula de glucósido que proporciona su sabor azucarado, es también responsable de su dejo amargo. Este ha sido el mayor reto para la industria; despojarla de ese regusto. Actualmente, se está utilizando una molécula presente en el suero bovino para procesar la hoja y ha funcionado para contrarrestarlo. Endulzar a través de la simple decocción o la infusión de hoja fresca no es la mejor idea para sacarle provecho, siendo tan concentrado y complejo su sabor; es extremadanamente difícil dosificarla de esa manera.