(Foto: Reuters)
Una cita romántica, una importante reunión de negocios o una cena familiar, lejos de llegar a ser acontecimientos agradables pueden convertirse en nuestra peor pesadilla. Esto debido a que algunas veces no sabemos algunas reglas básicas a la hora de ordenar vino en un restaurante, generando resultados desastrosos.
Para ayudarnos en la tarea, el periodista culinario estadounidense, Alan Richman, ganador de 14 premios de la Fundación James Beard y corresponsal de la revista GQ, nos da útiles consejos a través su último artículo.
MODALES EN LA MESA
Si usted es de aquellos que hace ruidos con la boca, resérvese de hacerlos. Sorber o hacer gárgaras únicamente están permitidos cuando se cepillan los dientes. En lo posible, trate de no revolver los estómagos de sus invitados con rituales poco higiénicos.
Por otro lado, es preferible no consultarle demasiado al mesero. Es mejor ser breve y, sobre todo, recordar nunca pedirle consejo sobre qué tipo de vino debe acompañar su comida.
No sea pretencioso. No camine por el restaurante llevando su propia copa de vino. Es de mal gusto.
Si se equivocan con el pedido y le sirven un vino que no es de su agrado o le traen una botella más cara, usted deberá pagar por ellas. Claro, siempre puede quejarse con el administrador, pero no es lo más aconsejable.
Y la regla más importante: beba con moderación. A nadie le gusta tener como invitado a una persona pasada de copas.
PIDA CON ANTICIPACIÓN
Si usted tiene una importante cena de negocios, es preferible llamar con anticipación al restaurante al que desea ir y preguntar si es que tienen en stock los vinos que usted desea y en cantidades suficientes.
Y si ya está en el restaurante, asegúrese de que su orden de vino llegue antes que su comida. No hay nada peor que un plato sin acompañamiento de alguna bebida.
Si el restaurante le permite llevar sus propios vinos, llame antes y pregunte por el precio del descorche.
TENGA EN CUENTA LA ATENCIÓN
Cuando cate no permita que le sirvan tan poco que apenas pueda remojar los labios ni tanto que se rebalse la copa. Es mejor evitar los extremos.
Si le entregan un vino sin descorchar, asegúrese de leer la información escrita en el corcho para ver si coincide con la descripción de la botella. Si no es así, quizás sea una falsificación.
Decida si prefiere escoger el vino por su cosecha o por sus productores. Los sommeliers, por ejemplo, prefieren a estos últimos debido a la relación que establecen con ellos a lo largo de los años. Sin embargo, a la hora de decidir opte por el que considere mejor o más agradable. El sabor de los vinos proviene por los años de cosecha, los cambios en el clima o en la tierra, no de una bodega de alta tecnología.
fuente: elcomercio.pe
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