El editorial de esta semana se enfoca en la decisión gubernamental de incorporar la gastronomía venezolana como materia de estudio en colegios, instituciones académicas y universidades. Para el Gourmet Urbano esta medida es aplaudida, necesaria e interesante para el sector económico, en especial el alimenticio, ya que no es posible crear identidad propia con el solo apoyo de entes privados; el apoyo gubernamental tiene tanto peso como el antes mencionado. Pero las circunstancias que vive el país despiertan cierta suspicacia y cautela en la editorial ante las verdaderas motivaciones en las que se versa esta decisión.
Cuando el Gobierno habla de incorporar la gastronomía venezolana a la educación, nos preocupa que la decisión se lleve a cabo bajo el formato de las expropiaciones a las escuelas privadas que hoy existen, con el único fin de cumplir con una orden gubernamental. Bien sabemos que este tipo de acciones afectan al sector privado que apoyan a la gastronomía con gran sacrificio.
Otro punto a considerar es el desarrollo económico de los alimentos que deberán, a futuro, sustentar las incorporaciones profesionales en esta área. Debido a los eventos que ya conocemos, la producción y el desarrollo de alimentos se ha deprimido mucho en estos últimos tiempos. En muchos rubros hemos pasado de ser un país exportador a ser importadores de productos básicos como es el caso del café, el azúcar y la leche por mencionar algunos.
Todo esto, más allá de estimular el estudio o el conocimiento en el área de la gastronomía, aleja al interesado ante la posibilidad de avocarse a una carrera en la que los alimentos básicos escaseen. Es imposible desarrollar una identidad si la pequeña producción de agricultores se ve amenazada constantemente por la mano expropiatoria del gobierno.
También está el punto de el pensum de estudio y que el mismo tenga relación con el área. Esperamos que el Gobierno Nacional invite y convoque a quienes, en estos momentos, están en la palestra gastronómica venezolana para la elaboración de los programas. En este trabajo es imprescindible la presencia de personas como el sr. Armando Scannonne y el sr. José Rafael Lovera, ya que más allá de enseñar la técnica culinaria, está la de propiciar la investigación gastronómica para que sea un elemento de estudio de nuestra cultura nacional.
El Gourmet Urbano ve con beneplácito está decisión del Gobierno, pero siempre y cuando esté en concordancia con otras medidas de orden económico, comercial y educativo para que las personas que vean los fogones como una alternativa de profesión se sientan tranquilos al saber que van a obtener un conocimiento que podrán poner en práctica con la amplia gama de ingredientes y alimentos existentes en el mercado nacional. Esta seguridad despertará el deseo de enaltecer nuestra gastronomía y pueda convertirse, en un futuro, en una referencia mundial como lo es la comida francesa, la mexicana y, ahora, la peruana.
El camino es largo y las medidas muchas a través del tiempo, pero si hay una buena intención y sinceridad de parte del Gobierno y del Sector Privado, el éxito estará más cerca de lo que esperamos. Y cuando hablamos de sinceridad de ambas partes nos referimos a que el objetivo del Gobierno sea exclusivamente la de desarrollar la gastronomía venezolana; y que el Sector Privado, al tener la seguridad en esta red, invierta en los rubros de alimentos, instituciones universitarias o cualquier otro aspecto que se requiera para potenciar las medidas del Estado. Si esto no se da así pronto será palabra muerta y la gran herida no será otra que nuestra gastronomía.
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