Los vinos ecológicos se caracterizan porque proceden de uvas que han sido cultivadas siguiendo los principios de la agricultura ecológica, es decir, mostrando un gran respeto por la naturaleza y su conservación. Por ello, la diferencia fundamental frente a los que proceden de la agricultura convencional es que no se admite en el cultivo de la viña el uso de productos de síntesis o abonos minerales.
Además, existen una serie de limitaciones a la hora de la elaboración del vino, como por ejemplo, la obligación de emplear una cantidad inferior de sulfitos. Salvando estas diferencias, la elaboración se realiza de manera similar.
Los vinos así obtenidos tienen unas cualidades organolépticas similares a las de los convencionales (es decir, no se diferencian en la cata) pero esta forma de trabajar la viña incide especialmente en la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente.
Navarra tiene más de un 5% de sus viñas acogidas a este sistema de cultivo, especialmente valorado por los mercados europeo y estadounidense.
Fuente: redcomiendo.com
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