El Gourmet Urbano: Pietro Carbone @carbonespresso: ¡Un CONLECHE por favor!

martes, 18 de enero de 2011

Pietro Carbone @carbonespresso: ¡Un CONLECHE por favor!

Me encantó el post anterior -Cómo pedir el café-, y los comentarios han sido tan enriquecedores que vale la pena seguir ahondando en el tema.
 
Estos últimos post se han convertido en un trabajo de investigación extremadamente enriquecedor, y he desempolvado palabras que no oía desde que era niño, como casualmente la frase ¨café de máquina¨. Esa NOMENCLATURA es muy nuestra para referirse básicamente a un café espresso, que para nuestros consumidores redunda en café italiano, café fuerte, café bueno, café amargo, café pa´machos. Sí, ¡todos éstas!, y algunos otros adjetivos que se me escapan.
 
Como ya he mencionado, le debemos el ¨café de máquina¨ a la llegada de la inmigración italiana. Definitivamente son muchos los legados que obtuvimos de ellos: la pasta (Venezuela es el segundo país en consumo per cápita de pasta en el mundo) y el café, entre otros. Y aunque nuestro consumo de café no nos ponga en estadísticas de relevancia mundial, para nosotros, internamente, el café es algo muy importante. Por lo menos el primero del día, y después del almuerzo, y en la merienda, y cuando hay visitas, y cuando terminas de cenar.
 
 
Un término que me encanta es el CONLECHE que, dicho sea de paso, equivaldría al Latte de los gringos y al café au lait de los franceses, pero en Italia no es usual. Es mucho más suave que un cappuccino. Por lo general, las proporciones de preparación son de 5 partes de leche por 1 de café y se llama TETERO (en algunos sitios se le dice lágrima, ya que es leche con unas gotas de café, y esa gota mancha como una lágrima), y para un CONLECHE, las proporciones son de 4:1.
 
Ahora, el problema de cualquier barista recién bajado del barco proveniente de Italia (así llegaron mis abuelos, en barco), es que estas preparaciones sencillamente jamás las aprendió a hacer. Nosotros aprendemos a preparar Capuccinos, y hablamos de una proporción de 3:1.
 
Pero, al pueblo donde fueres, haz lo que vieres. Hay que complacer el mercado y el gusto. Nuestros paladares en Venezuela no estaban acostumbrados a bebidas fuertes, y menos a un espresso que, para principios de los años 40, aún eran novedades casi satánicas para nosotros. Fíjense que una de las bebidas más populares en Venezuela ha sido el Ponche Crema y no por casualidad, es el gusto criollo que se impone. Por eso el CONLECHE, y por eso el Baileys, por ejemplo. Sabores suaves, con su esencia original intacta y bebidas claras.
 
Como barista, cada vez que estoy detrás de la máquina, la proporción de pedidos más o menos es la siguiente: 20% espressos (es el cliente que más me esmero en complacer), 40% marrón (capuccinos con sus múltiples colores: claro, mediano y oscuro) y un 40% de conlechitos (cremoso, tibio, y el tetero)

Eso sí, llámese como se llame y del color que sea, estos café con proporciones variables de leche deben prepararse de la manera adecuada, crear la leche en su forma correcta y jamás dejar que la leche hierva, para aprovechar el contenido de calcio de la misma y no pierda la textura en una máquina espresso.
 
Espero que tomen bastante CONLECHITOS en estos días.

Hasta la próxima.
¡Café y Vida!
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3 comentarios :

Unknown dijo...

Gracias por esas enseñanzas ! Nos hacen ser cada día más exigentes con nuestros cafés y no morir en el intento !

Saludos, Ayarí

Dorita Gakneras dijo...

Excelente post!! No solo de pan vive el hombre... Asi también se nutre el alma y el conocimiento! Sigan los éxitos!

Mariangel Paolini Padrón dijo...

Pietro gracias por esta entrada!!! finalmente logré leerla y me encantó xq soy fanática del conlechito. Un gran abrazo y nos vemos este sabado!!!