Sucede a menudo que cuando me reúno con amigos en una parrillada y me ofrecen pollo, digo: “no vale, a mí, pollo, no…” inmediatamente salta todo el mundo a preguntar que si no como pollo porque les agregan hormonas y entonces comienza el debate…
Existe la falsa creencia de que a los pollos se les inyectan hormonas para que logren un mayor crecimiento en menor tiempo. Esto es porque en los años 50 ó 60, los animales se engordaban como 4 o 5 meses antes de sacrificarlos, lo que era demasiado tiempo para una producción rentable. Para tratar de engordarlos más rápidamente, en Europa probaron darles hormonas femeninas al pollo, inyectándoselas en el cuello para inducir una estrogenización del macho y ver si este engordaba más. Empleados de las producciones avícolas se comieron los cuellos de esos pollos y desarrollaron ginecomastia (agrandamiento patológico de una o ambas glándulas mamarias en el hombre). Este evento se publicó en revistas de medicina… y se corrió la voz… se manejó mal la información y perduró el mito.
El crecimiento extremadamente rápido de los pollos de engorde es muy fácil de explicar y entender que no se debe al uso de hormonas. Es primordialmente a través del mejoramiento genético que se logran estos niveles de productividad. En las granjas de producción avícola la selección de las aves se realiza a través de la elección de los grupos de animales mejor dotados. En dicha selección, los pollos con menor velocidad de crecimiento y transformación de alimentos van siendo descartados, y solamente los más calificados son seleccionados para formar parte del grupo que servirá de base genética para la próxima generación de pollos de engorde y el resultado se optimiza a través de las decisiones de los médicos veterinarios, basados en sus conocimientos sobre las necesidades nutricionales de las aves, de su sanidad y de la mejor forma de cría. Esto es lo que hace que un animal diferenciado exprese todo su potencial genético.
Las Hormonas de crecimiento para aves no se producen comercialmente pues el costo es tan alto que sobrepasaría el valor mismo del ave
Los Médicos Veterinarios debemos difundir las cinco razones por las cuales no se usan hormonas en la alimentación de las aves, tan maravillosamente explicadas por los Dres. Dale y Davis, de la Universidad de Georgia, (USA):
- El uso de las hormonas en aves es ilegal
Existen controles extremadamente estrictos para el uso de hormonas y de sustancias similares o parecidas a estas en los alimentos para animales, basta consultar el CODEX ALIMENTARIUS para darse cuenta que las consecuencias de infringir este reglamento pueden ser devastadoras para un país productor de aves.
- Las hormonas demostraron no ser efectivas
La administración de hormonas de crecimiento no lleva a un incremento en el crecimiento de las aves, de la misma forma en que al inyectar hormonas de crecimiento en humanos no nos hace superdotados.
- Su administración es extremadamente difícil
Al igual que la insulina, la cual se usa en el tratamiento de la diabetes, las hormonas de crecimiento son proteínas. Por lo que si éstas se consumieran en forma oral, serían rápidamente digeridas en la misma forma en que lo son las proteínas de la soya o del maíz. No sólo necesitarían ser inyectadas en forma endovenosa, sino que además debería hacerse a través de forma frecuente. Si se tuvieran que inyectar cientos de miles de aves con hormonas, éste resultaría ser un escenario imposible.
- No es rentable
Las Hormonas de crecimiento para aves no se producen comercialmente pues el costo es tan alto que sobrepasaría el valor mismo del ave. Por lo que no tiene ningún sentido desde el punto de vista comercial utilizarlas, las que se producen son utilizadas netamente para estudios de investigación.
- Impacto negativo sobre el desempeño de las aves
El pollo de engorde que actualmente existe en el mercado, ha sido seleccionado genéticamente para crecer tan rápido que ocasionalmente encuentran limitaciones fisiológicas. La aplicación de hormonas antes de la etapa puberal puede tener consecuencias negativas sobre el crecimiento, como la osificación de cartílagos y la consiguiente detención del crecimiento.
Entonces cuando le digan a usted que no coma pollo porque “debe cuidarse de las hormonas”, responda con toda seguridad que el alto rendimiento de las aves de corral se debe a la selección genética; a los avances en nutrición animal; al control de enfermedades con tecnología de punta como la biología molecular y las medidas de bioseguridad; los modernos métodos de manejo de las aves; la utilización racional de modernos aditivos naturales, etc.
Cuando me reúno con amigos en una parrillada y me ofrecen pollo, digo: “no vale, a mí, pollo, no...”
Y como este artículo comienza con mi declaración de que no como pollo, quisiera aclarar que sí lo como: a las brasas, guisado, frito, en sopita, al horno… pero señores, en una parrillada donde hay vaquita y cochinito… el pollo se lo dejo a los que hacen dieta.
Alba Codutti S.
Médico Veterinario
Fotos: Cortesía (Alba Codutti S)
Twitter: @albacodutti
Correo electrónico: albavet@gmail.com
Ref. Bibliográficas:
*Dale, Nick and Adam Davis. 2001. The hormone myth. Poultry USA 2(4): 20,22.
*Reasons why hormones are not use in the poultry industry. K. E. Anderson and A. G. Gernat. North Carolina Poultry Industry Newsletter, November, 2004
*http://www.codexalimentarius.net/web/index_es.jsp
*http://www.engormix.com
*http://www.fao.org
*http://www.fenavi.com
Fuente: avisa.org.ve
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