Es costumbre que el 14 de febrero, queramos "sorprender” a nuestra pareja con la preparación de la cena; pero, ¿por qué no acabar de impresionarla agregando una serie de cocktails antes, durante y después de la cena? Recordemos que no hay que aplicar esta sesión de bebidas con tonos malintencionados, simplemente para redondear ese momento especial.
Aunque no seamos bartender profesional, todos tenemos la capacidad de preparar bebidas. ¿Acaso no es atractivo, en cierto modo, ver a un(a) bartender en acción? Convirtámonos pues en uno y preparemos las bebidas idóneas para la ocasión.
Para comenzar, ¿qué tal una Blue Margarita? ¿o un Martini dulce?. Para continuar con la cena, algún cóctel con base en vino (espumoso, tinto o blanco), y para cerrar con broche de oro un clásico Cosmopolitan, considerado por muchos como una bebida altamente sensual y cautivadora.
Un cóctel nos puede hacer viajar por varios lugares, tiempos y dimensiones. Podemos llevar por un paseo mágico a nuestro anfitrión, desde una playa con palmeras, sol, la brisa del mar, hasta un salón muy glamoroso donde toca una banda y posiblemente cante Frank Sinatra “Strangers in the night”.
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Qué necesitamos? Pues en primer lugar un buen recetario, los ingredientes de la receta que escojamos, el instrumental (coctelera, licuadora, tabla, destapador, etc.), cristalería elegante, frutas para decoración, para luego sumirnos en la sensación de que nos parecemos a Tom Cruise en aquella película ochentera “Cocktail” (Touchtone Pictures, 1988 USA), en la que se hace notar al bartender como el aristócrata de la clase trabajadora. Con eso, el éxito está garantizado.
Procure utilizar las medidas correctas, ya que cualquier ingrediente de más provocará una reacción no muy grata al paladar y eso no es lo que buscamos. Hay que armonizar a todo el cóctel, balancearlo adecuadamente para así lograr el objetivo deseado.
Por eso mis queridos amigos, los invito a descubrir la magia que encierra un cóctel. No es sólo mezclar: es crear, innovar poner nuestro sello personal a la bebida. Pero, sobre todo es vencer el miedo que nos ocasiona la barra (aunque sea imaginaria). No hay más grata sorpresa que comenzar con un cóctel preparado para quien queremos y sabemos que nos quiere. Si está soltero, ¡no importa! Hay que recordar que también tenemos amigos y amigas ¿no?
Brindemos pues por esta fecha mágica. Pero no solo en esta fecha en particular, sino cuando tengamos la oportunidad de hacerlo, en excelente compañía y en el escenario adecuado. ¡Salud a todos y que pasen un excelente 14 de febrero!
Gabriel Hernández Lic. en Admón. de Empresas Turísticas.
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