El pescado es una de las carnes más delicadas que podemos consumir, ya que su proceso de descomposición inicia muy rápidamente; esa es la razón por la que su manipulación entre los pescadores es crucial para garantizar un producto de calidad en el mostrador. La cadena de frío debe mantenerse hasta la tienda, y a partir de allí es nuestra responsabilidad seleccionar los mejores ejemplares para llevar a casa.
En la pescadería:
- Verifica que los pescados estén a baja temperatura, bien sea en una nevera o sobre hielo en el mostrador.
- Escoge aquellos ejemplares cuya piel se vea brillante y firme. Si al hundir un dedo la piel retoma su forma original rápidamente eso indica que la carne está optima.
- Las branquias deben mantener un color rosado y las escamas deben estar bien adheridas a la piel.
- Los ojos deben ser brillantes y saltones, evite aquellos ejemplares que tengan los ojos grisáceos y hundidos.
- El olor debe ser de pescado fresco, casi debe percibirse el olor del mar. Es un mito que el pescado huele mal; si esto sucede es porque el proceso de descomposición de la carne ya comenzó, así que debemos rechazarlo sin lugar a dudas
En la casa:
- Lo ideal es consumir el pescado el mismo día que se compró, pero si debe congelarlo hágalo de inmediato.
- Coloque cada tipo de pescado en un recipiente por separado para evitar contaminación cruzada.
- Si compró mariscos, éstos también deben almacenarse separado de los pescados.
- Si adquirió el pescado entero, lávelo con abundante agua y retire las vísceras (a menos que las requiera para su preparación)
- Los pescados pueden durar en el congelador hasta 3 meses sin perder sus características organolépticas.
Espero que estos consejos sean de utilidad en estos días Santos, disfruten sanamente y agradezcamos a Dios por permitirnos estar en contacto semana a semana. Un fuerte abrazo y hasta nuestro próximo encuentro.
Mariángel Paolini
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