La Semana Santa es una celebración anual donde, según la religión, se recuerda y se conmemora un significado de fe y esperanza. Necesidades básicas del hombre para su propio desarrollo humano. Algunos lo buscan cumpliendo con los actos litúrgicos, otros huyen de la rutina y disfrutan de unos días de descanso y relax.
Pero sin intención de entrar en el debate sobre lo que algunos consideran una desvirtualización de la Semana Santa, hay dos factores que no cambian y que están en el subconsciente cultural del mundo, sello de esta época. La primera es una búsqueda interna. La Semana Santa en si es una época de reflexión, de retiro, de moderación y equilibrio interno. La necesidad de “poner en orden”, de “ir a un sitio tranquilo” o “participar en las actividades religiosas” decantan en el mismo objetivo: detenernos, reflexionar volver renovados a la vida cotidiana, aún cuando los caminos para esto sean poco ortodoxos. Esta necesidad, conlleva al segundo factor a mencionar, porque no hay una búsqueda de equilibrio en nuestra vida que no vaya de la mano con lo que consumimos.
Partiendo de este punto, la segunda es el cambio en nuestros hábitos alimenticios, comportamiento intrínseco para honrar el significado de la Semana Santa a través del rito culinario. La tendencia es la de disminuir en la mayor medida, o casi en su totalidad, las carnes rojas y las aves, y empoderando durante estas fechas los productos del mar, los vegetales y los dulces.
Paseemos frugalmente por la gastronomía mundial, ya que es es tan variopinta como personas en el mundo. El Rey de la Semana Santa en España, por ejemplo, es el bacalao. Éste se prepara en buñuelos, croquetas, tortillas, o potajes, platos típicos con sabor añejo. También se preparan otros platos con pescados como el mero, la merluza y las sardinas. Más hacia el este de Europa, la tendencia aumenta hacia los postres y a un cambio en el producto del plato fuerte. En Italia y Polonia, por ejemplo, es tradición en estas fechas la preparación de la Columba (dulce en forma de paloma) y de la Mazurek (tarta rellena de mermelada) respectivamente; también es muy común en los países anteriormente mencionados, junto a Francia y a la República Checa, la preparación de los famosos huevos de Pascua de Chocolate. Pero no todo es dulce. Mientras que el protagonista en la zona meridional es el pescado, hacia el Noreste la conmemoración se realiza con la preparación del Cordero y con suculentas sopas.
La gastronomía europea en estas fechas es una mezcla de la fe (religiosa) y la llegada de la primavera, donde renace cada año la razón de la Semana Santa: La oportunidad que la naturaleza le ofrece al hombre de renovar su fe y esperanza en sí mismo y que éste toma: un nuevo comienzo luego de una reflexión y depuración. La alegría de saber que cada año se tiene la oportunidad de renacer, de mejorar y de tener presente (hasta el próximo año) quiénes somos. Somos lo que comemos.
Ahora me pregunto ¿ Y para nosotros, los que estamos en América, qué significado tiene la Semana Santa en nuestra cocina?
Hasta la próxima Semana y Feliz Domingo de Ramos
Walezca Barrios
No hay comentarios. :
Publicar un comentario