El Gourmet Urbano: María Esther López (@mariaestherlope): Venezuela: una realidad cafetalera

martes, 18 de octubre de 2011

María Esther López (@mariaestherlope): Venezuela: una realidad cafetalera


11-09-13 maria esther lopez(1)Cuando escuchamos el sonido de una cucharilla contra una taza de café son muchos los significados que podemos deducir tras el mismo: un negocio exitosamente cerrado, una comida familiar o simple tertulia.

 
Fuente: Wikipedia


 
No hay crisis que derribe a la producción del café. Representa cerca del 4% del comercio total mundial de productos alimenticios y su cultivo ocupa a varias decenas de millones de campesinos en más de 70 países tropicales productores. Es la segunda bebida estimulante más importante de la humanidad, después del té (esto por razones de habitabilidad). Su cultivo se limitaba en principio a las altas provincias de Etiopía y la Península de Arabia de donde se considera originario. Los yemenitas fueron los primeros grandes caficultores del mundo y hasta que su consumo se extendió a casi todos los países del Islam y de Europa, Yemen fue su único productor y exportador importante.
En Venezuela el primer cafeto fue sembrado por las misiones Jesuitas españolas hacia el año 1.730 en las Cuencas del Río Caroní, traído desde Brasil procedente a su vez de Surinam o Cayena. [1] Haciendo un breve recorrido del cultivo del café en nuestro país tendríamos lo siguiente: De Caracas (Chacao) fue llevado a San Antonio y los Valles de Aragua. De allí, a las provincias de Carabobo y Barcelona. Se consiguen cultivos en Cumaná y Rio Caribe, de allí se extiende a Occidente difundiéndose en tierras andinas: Mérida, Táchira y Trujillo. La expansión del cultivo del café en Venezuela coincide con un incremento acelerado de su consumo a nivel mundial, específicamente en los Estados Unidos, Alemania y Francia. El desarrollo de la caficultura en suelo andino tuvo una importante repercusión económica en el país: tierras inexplotadas hasta ese momento fueron cultivadas, se dinamizó una región generalmente deprimida, se fortalecieron los lazos de intercambio comercial con Colombia y se incorporó al Táchira al escenario político venezolano.
 
Hasta 1.895 Venezuela ocupaba el tercer lugar detrás de Brasil y las Indias Holandesas aportando entre el 6,5 a 6,7 de la producción mundial de café. En 1.896 llegamos al segundo lugar como país productor y primer productor de cafés suaves. A partir de allí comienza la espiral de caída libre en nuestro papel de productor en la comunidad internacional hasta llegar incluso al momento en que Venezuela incumple con la cuota de exportación asignada por la Organización Internacional del Café (OIC). No trataremos en este Post el detalle de nuestra producción con el transcurrir de los años, ya que se sustentaría sobre los diferentes Censos Nacionales Cafetaleros realizados por el gobierno nacional y por explicaciones emitidas por personalidades ligadas al mundo cafetero desde una perspectiva estrictamente personal, acerca del porque de ser un país principal en la producción del café hoy día nos vemos en la necesidad de importar grandes cantidades del mismo.
 
La recesión que ha afectado a grandes importadores del café como Estados Unidos, Japón y la Unión Europea no ha incidido en el consumo mundial de la bebida, irónicamente. En nuestro país el 70% de la producción cafetalera está en manos del gobierno nacional, -en el entendido que el Estado Venezolano no produce café, solo lo procesa y distribuye. Muchos de los productores independientes señalan que parte de la problemática con este rubro radica en que el financiamiento es inoportuno y hay ausencia de ayuda a través de asistencia técnica especializada, lo que ha mantenido a la producción estacionaria o con tendencia a la disminución. Es un problema integral, mala vialidad agrícola, carencia de centros de salud, educación y comunicación para los productores. Y sobre todo un precio de venta con poco margen de beneficio para el productor. A eso se le suman las fuertes restricciones establecidas para la exportación de un producto competitivo de excelencia y calidad en los mercados internacionales. Sostienen que el Gobierno debería disminuir la importación de este producto e invertir ese dinero en planes de recuperación y renovación del cultivo, mejorar los precios a los caficultores venezolanos y las infraestructuras que garanticen una mejor condición de vida a los productores.
 
En Venezuela nuestras zonas cafetaleras por excelencia se encuentran en Guárico, Sanare, Río Claro, Los Humocaros en Lara, Araure, Biscocuy y Chabasquen en Portuguesa, Campo Elías, Boconó, Flor de Patria en Trujillo. Siendo los varietales más comunes en cafés convencionales Caturra y Catuai y en cafés especiales Typica y Bourbon. También producimos café orgánico en Mérida, Trujillo, Lara, Miranda, Monagas y Sucre los cuales están CERTIFICADOS por la IMO Control Suiza a través de IMO control Bolivia (IMOLA). Muchos de nuestros cafés especiales aun cuando no están certificados gozan de la calidad SHG (Stricty High Grown) y SHB (Stricty Hard Bean) específicamente en Boconó. Nuestros cafés especiales son producidos en fincas seleccionadas a mas de 1.500 msnm, aun cuando no gozan de la certificación, lo que no desmerece en lo absoluto la calidad del grano.
 
Para que puedan darse una idea de la calidad de estos cafés en una competencia de 11 catas en la cual Venezuela participo gano en 7 de ellas. Un quintal de café producido según estos estándares de calidad está regulado por el gobierno nacional para la venta en 747 Bs. y su precio real debería estar oscilando entre los 2.500 a 5.000 Bs.
 
En el año 2.004 se creo el Plan Café para recuperar y renovar plantaciones para lo cual se asignaron fondos por mas de US$ 300 millones para un período de 5 años y en lugar de aumentarse la producción se redujo al punto de que por primera vez en la historia cafetera de país, pasamos a ser importadores para cubrir nuestro consumo interno. La importación en nuestro país en el año 2010 alcanzo a más de 16.000 toneladas de café verde que equivalen a 347.826 quintales (cada quintal es un saco de 46 kilos) ya que el consumo interno es de 1,85 millones de quintales y la producción escasamente alcanza al millón de quintales. Nuestros mayores proveedores son Brasil, Nicaragua y El Salvador con los cuales Venezuela mantiene convenios de naturaleza económica que incentivan estos intercambios comerciales.
 
Nuestros productores insisten en la necesidad de impulsar la comercialización del café venezolano a los mercados internacionales a través de una adecuada promoción, precio, cumplimiento, puerto y excelente calidad. La mayor parte de la producción de café verde en América Latina proviene de Brasil, Colombia, Guatemala, México, etc., representando casi las dos terceras partes de la producción mundial. Allí se producen todos los grandes tipos de café que establecen las cotizaciones bursátiles especializadas.
 
El café constituye uno de los grandes “commodities” ya que el 83% de su producción es objeto de comercio internacional. Es por un lado un producto de consumo masivo pero por el otro representa una cuota sustancial de los ingresos de exportación de muchos países, por lo que la comunidad internacional ha intentado estabilizar sus precios limitando las fluctuaciones de la oferta y sus efectos negativos sobre la economía de los países.
 
En todo este escenario internacional, los productores venezolanos están en clara desventaja al ser sometidos a muchas y constantes limitaciones tanto para la obtención de insumos –sea que se trate de bienes o servicios- que le permitan no solo producir un grano de alta calidad y excelencia, sino incluso para la venta dentro del mercado interno porque los precios siempre van a estar regulados por el Gobierno nacional, y eso constituye de por sí una evidente desmotivación al no poder obtenerse muchas veces un precio justo por el grano producido. Sin embargo y a pesar de esto, muchos productores siguen apostando por nuestro suelo venezolano, por nuestro grano de café, luchando diariamente con incontables trabas burocráticas y desestimulo de la propia industria nacional, limitando su posible expansión y crecimiento a las políticas internas, frenando la creatividad y posibles alianzas estratégicas con socios comerciales potenciales por la imposibilidad de llevar los mismos a términos satisfactorios para todas las partes. Y aún así, creyendo, insistiendo en innovar, en crecer, en mejorar. Porque al final del camino ellos son como el mismo grano que con tanta ilusión cultivan: ¡materia prima de excelente calidad!.
 
Quiero agradecer profundamente a mi queridísimo amigo Juan Gómez Panizo, asesor con más de 30 años de experiencia en materia de café para América Latina sin el cual este Post no hubiese podido ser escrito.
 
En mi próxima entrega hablaremos acerca del barismo y su real alcance. Espero que me sigan acompañando en esta aventura llamada café. Mi Mundo. Mi pasión.
 
Porque detrás de cada taza de café…hay mucho más que granos…



 
María Esther López Cásares.
 
[1] Así lo refiere el Padre José Gumilla autor del Libro “El Orinoco Ilustrado y Defendido”.
 
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