Les presento a Max, el campeón, Trueno,
el caballo de carreras y Carnota, el caballo de carnaval!!!! Son los juguetes predilectos de Natalia , así que decidí incluirlos en el plato de comida de hoy.
Es pollo horneado, yuca frita, berros
con tomate y plátano salcochado.
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Así que para el artículo de hoy he invitado a la Terapeuta Ocupacional María Alejandra Rodríguez de Alternativas para el Desarrollo, quien es una autoridad en el tema, con certificación de integración sensorial en la Universidad de California (Western Psicological Service)
La integración sensorial se refiere a la capacidad que tiene nuestro sistema nervioso de procesar adecuadamente todos los estímulos provenientes del entorno y que nos llegan a través de los órganos de los sentidos. Un procesamiento adecuado se refiere, básicamente, a percibirlos con la intensidad y relevancia correctas y que cada uno de ellos demanden nuestra atención en la proporción adecuada en que nos son presentados. La respuesta debe ser igualmente proporcionada a los estímulos que la están produciendo.
Podemos decir que existe un problema de integración sensorial cuando son procesados de manera inadecuada por el sistema nervioso….
En el caso particular de la alimentación, es muy frecuente ver en nuestra consulta niños que presenta serias dificultades para tolerar alimentos sólidos o algunas texturas en particular. Es en estos casos cuando obligarlos es realmente violentar sus capacidades. Las texturas menos toleradas tienden a ser tipo puré, semisólidos gruesos de contextura grumosa o semisólidos más suaves y “resbalosos”, como la gelatina o el helado. También observamos algunos pequeños que rechazan olores particulares y que generan en ellos el repudio hacia los alimentos.
Ahora bien, ¿cómo saber si tu hijo tiene alguna dificultad para tolerar las texturas o si más bien es una malcriadez, o si, simplemente, como nos ocurre a todos, hay alimentos que no le gustan?
Nuestra sugerencia es que pruebes con la misma textura en distintos sabores y en momentos diferentes; por ejemplo, una cucharadita de puré y en otra oportunidad una de Nutella y observa si se le dificulta de la misma manera mantenerla en la boca y tragarla; un poquito de jugo y un poquito de Toddy; una cucharadita de compota y otra de un jugo de lechosa. Es importante que no sean uno detrás del otro, sino que pruebes con un sabor en un momento y con la misma textura y diferente sabor en otro momento. Así podrás discriminar si lo que no le gusta es el sabor del alimento o la textura del mismo.
Está atenta también a otras cosas que te indiquen que las texturas le resultan incómodas, como por ejemplo las etiquetas de la ropa, la sensación de la toalla al secarlo, el borde de las sillas en la piernas al sentarse, incluso el uso de la ropa en general. Es frecuente que escuchemos mamás que nos dicen: “prefiere estar sin ropa, siempre se la quita”, o “no le gustan los pantalones largos, siempre usa short”, “no le gustan las camisas con cuello…o con mangas”. También suele molestarles el uso de cremas corporales o los pantalones cuya pretina es firme y no de liga.
Ahora, si tu pequeñín es como la mía, que no le gusta el puré de vegetales pero sí la Nutella, pues ármate de paciencia e intenta presentarlo con frecuencia y de manera amigable. Recuerda que a nadie le gusta comer obligado; claro, ¡esto no quiere decir que cada uno de ellos puede escoger lo que va a comer!
Inténtalo con sabores que les resulten más agradables como el dulcito de la zanahoria o más neutros como el calabacín y deja para más adelante los sabores fuertes como el brócoli. También puedes probar mezclar con crema de leche o mantequilla y quesito los vegetales, ya que estos alimentos mejoran la textura y atenúa los sabores. Preséntalos con figuritas de su agrado, pero lo más importante es que los coloques en el plato con frecuencia, ya les comenté en otra oportunidad que una investigación había determinado que era necesario ofrecer un alimento cerca de 10 veces para lograr que los pequeños gourmets lo acepten.
Si piensas que tu hijo puede tener dificultades en la integración sensorial, pues busca la opinión de un especialista, que con su orientación seguramente lo superará. Hace algunos años, antes que todo esto de la integración sensorial se estudiara con detalle, y sobre todo se divulgara, el pobre muchachito hubiera “llevado palo” como dice mi mamá, de hecho todavía ocurre con personas que no están bien informadas.
¡Un abrazo fuerte y hasta la próxima semana!
Nadyra Muhammad Mirabal
Psicopedagoga y la mamá de Natalia.
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