El fetiche del champán, el gran vino espumoso francés tiene componentes objetivos y subjetivos. El más concreto es la importancia que tiene el terroir y la mezcla de variedades -generalmente pinot noir, chardonnay y pinot meunier-, además de la segunda fermentación en botella, que le confiere propiedades únicas. Por otro lado está el tema de la tradición y del charm que siempre da que las burbujas sean francesas.
Sin embargo, cada vez más, por cuestiones de presupuesto y porque en los anaqueles abundan, nos vemos invitados a explorar opciones de otros países. Los cavas españoles, los prosecco y los espumosos de Nuevo Mundo, algunos bajo el método tradicional y otros bajo el charmat, pueden aportar burbujas para cualquier ocasión a un precio razonable con una calidad suficiente. Además, el buen espumoso no es simplemente un aperitivo sino un vino perfecto para acompañar algunos platos.
Por eso, cuando vimos estas
Brochetas de pollo con salsa de durazno nos entusiasmó la idea del sabor muy leve del pollo y la presencia de una fruta como el durazno, cuyas notas con frecuencia se encuentra en los vinos blancos, para combinarlo con el
Norton Extra Brut Cosecha Especial
Las burbujas del espumoso, su carácter seco y su sabor a acidez hacen que cada bocado de la brocheta con la salsa sean degustadas con placer hasta el último bocado. ¿La recomendación? Compren dos botellas, una como aperitivo para abrir el apetito y la otra para la comida propiamente dicha.
¡Buen apetito y salud!
Fernando Franz
Chef
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