#vino Tomemos vino por José Sidonio Rodríguez: Morandé Gran Reserva Cabernet Sauvignon 2005 @jsidonior

Cuando se habla de la uva Cabernet Sauvignon, una de las asociaciones inevitables es Chile. Es que esta uva se ha convertido en emblema de la vitivinicultura chilena. Considerada por muchos como la reina de las uvas tintas, se encuentra presente en prácticamente todas las regiones vitivinícolas del mundo. A pesar de este gran protagonismo, es una cepa de historia relativamente corta. Tiene su origen en un cruce de Cabernet Franc con Sauvignon Blanc, como lo determinaron estudios de ADN en 1996. Este cruce probablemente ocurrió en el siglo XVII. Una de las razones para la gran difusión de la Cabernet Sauvignon es su facilidad de cultivo.
 

Cabernet Sauvignon (Fuente: wikipedia)

 
El Cabernet Sauvignon que les traigo hoy es el Morandé Gran Reserva 2005. La bodega Viña Morandé S.A. (@MorandeWines) es una joven bodega chilena, fundada apenas en 1996. A pesar de su corta trayectoria ha sido objeto de varios reconocimientos y actualmente se encuentra presente en más de 45 países de los cinco continentes.
 
Las uvas utilizadas para elaborar este vino provienen de viñedos de bajo rendimiento en el Valle del Maipo, con selección manual de granos. Ya hemos hablado de la importancia del Valle del Maipo en post anteriores (ver Viña Maipo Syrah 2011 y Undurraga Reserva Late Harvest 2007). El vino fue guardado y envejecido en barricas de encina francesa durante 18 meses.


Este fantástico vino muestra hermoso color rubí muy marcado, profundo, con apenas sutiles asomos granate de evolución en los bordes. Sus aromas recuerdan a la ciruela, el chocolate oscuro y algo de vainilla y café. En el paladar muestra buena concentración de frutos negros, sedoso al tacto, excelente cuerpo y magnífico final. Un vino hermoso, que se encuentra en un gran momento para consumo y que muestra aún vida por delante.

Sírvalo a 18º C. Opto por un maridaje clásico para este vino, una excelente carne roja a medio hacer y abandónese al disfrute.
 
Un vino con esta clase es además perfecto para disfrutarlo sólo y conversar. También para vivir momentos especiales. Imaginemos este vino, con su toque de elegancia, contemplando un hermoso atardecer junto a esa persona especial. Una copa en la mano y la otra mano abandonada libremente en la suavidad de esos cabellos. La sedosidad del vino, la suavidad de esos cabellos; armonía perfecta. Un momento sublime que conducirá a un beso pleno y cálido como el amable sol de la tarde. El cuerpo del vino, la plenitud y calidez del beso; otra armonía perfecta. De ahí en adelante, nada volverá a ser igual. El vino estará cada vez mejor, los besos irán in crescendo y el atardecer se convertirá en un adelanto de la eternidad. Un círculo virtuoso y hermoso para nutrir el alma y los sentidos.
 
Para hacer todo esto, debe antes comprar el vino, cosa que puede hacer por unos 160 Bs. El importador en Venezuela es Central de Licores Unidos de Venezuela, C.A.
 
Recuerden, el vino es aliento para el cuerpo y alimento para el alma. Hasta la próxima. ¡Salud!
 
José Sidonio Rodríguez
Entusiasta del vino

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