Lamentablemente, en países como Venezuela donde se prefiere el café, el té está asociado al resfriado y la gripe por lo que es frecuente adquirirlo en bolsitas. No nos confundamos; hay tés de primera calidad que también vienen en esa presentación, pero lo que generalmente se consigue por aquí es apto sólo para tomarlo con mucho limón y pasar la fiebre.
Nos dedicaremos hoy al Masala Chai, o té especiado como lo preparan en India. Lo descubrí un día que almorcé en un restaurant indio, cerca de la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York y fue amor a primera vista. Al salir del restaurant, crucé la calle y visité un "Indian grocer" y, entre otras cosas compré el masala, es decir, la mezcla de especias ya lista. A partir de allí me interesé en el tema y descubrí el misterio.
En primer lugar, hay miles de versiones. La mezcla de especias varía de acuerdo al gusto de cada quién. Mi favorita está tomada del libro Royal Indian Cookery, de Manuj Shivraj Singh, McGraw-Hill Book Co. New York, 1987 (pág. 165)
- 4 cucharadas de jengibre seco molido
- 2 cucharadas de pimienta negra en grano
- 2 cucharadas de semillas de cardamomo
- 1 cucharada de clavo de especia.
La receta que nos da Manuj es simple: se muelen todas las especias juntas hasta que se pulvericen y se guardan en frasco de rosca. Se usa colocando media cucharadita de este mezcla a la tetera, se le agrega té, leche y azúcar. Se revuelve y listo. Fácil ¿No? Pero no nos da el resultado deseado.
Mi procedimiento, si bien no puede competir con el de un Chai wallah (vendedor ambulante de té), se aproxima un poco más al gusto indio. En primer lugar, tomo una olla del tamaño adecuado, vierto agua, leche y las especias. Las llevo a un hervor, retiro del fuego, le agrego té, tapo y dejo reposar unos 3 minutos. La llevo de nuevo al fuego con azúcar al gusto. Antes de romper el hervor, se retira del fuego y se cuela en una tetera.
Una forma clásica de prepararlo es la siguiente: a fuego suave, se lleva a un hervor una mezcla de agua y leche con las especias enteras, el té y el azúcar. Se cuela y se sirve. Hay quienes lo dejan un tiempo al fuego. Según otro método, por cada taza se calienta 1/2 de agua y 1/2 de leche, con el azúcar. Se ralla jengibre fresco sobre la olla, seguido de la mezcla de especias de su preferencia. Se lleva a un hervor y se le agrega el té. Se retira del fuego y se deja reposar tapado por 10 minutos. Se cuela y se sirve.
Siempre surgen interrogantes. ¿Qué té usar? Un buen té negro fuerte (Darjeeling o Assam, por ejemplo) en forma de Tea Dust. La idea es que las especias no tapen el sabor del té. ¿Podré hacerlo de leche descremada? De poder se puede, pero la leche descremada no tiene cuerpo ni sabor. En India prefieren la leche half and half. Yo uso leche entera. Por último ¿con qué azúcar se endulza? Hay una gran libertad por allí; se puede usar el azúcar blanco, leche condensada, melaza, Demerara (azúcar moscabado), miel, azúcar de palma... el que se desee. El dulzor hace resplandecer el aroma y sabor de las especias. Me niego a utilizar edulcorantes sintéticos.
Eso es lo bueno de esta delicia; siempre puede ser una experiencia diferente e invita a la experimentación.
A quienes deseen conocer un poco más sobre el tema, recomiendo visitar:
http://www.chai-tea.org/index.html
Buen apetito y hasta un próximo encuentro.
Abraham Quintero
Sibarita Global
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