Algo nuevo está pasando en el mundo de las burbujas argentinas. Acá, todo lo que debes saber para no quedarte afuera de la movida.
Lo que sucedió en la última década con los espumantes argentinos fue una verdadera revolución. La góndola pasó de un puñado de marcas a un centenar. En esta nota, te contamos todas las novedades.
1. Crecen las burbujas dulces
Si antes los especialistas decían que los espumantes secos eran lo último, hoy la dulzura llegó para quedarse. Hay Cosecha Tardía y Dulce, con casos Demi Sec que venden muy bien. ¿La razón? La acidez que hace técnicamente bueno a un espumante, no es del agrado de una buena porción de los consumidores. Por eso, hoy una de cada diez botellas del mercado lleva azúcar.
2. Pink power
Otra movida sorprendente es el de los espumantes rosados, que arrancó con fuerza en 2008 y se mantiene un constante ascenso. La razón es técnica: una mayor cantidad de Pinot Noir en los espumosos de los últimos años; pero también de consumo: hay un atractivo especial en ese color cobre o piel de cebolla que hoy tiene la mayoría de los buenos ejemplares rosé.
3. Espumantes en la barra
En la coctelería los espumantes siempre tuvieron su lugar en clásicos como Bellini, Mimosa y Kir Royale. Pero este año comenzó a popularizarse el Spritz, que si bien en su forma más tradicional incluye bitter + prosecco + cítrico, le abrió la puerta a los espumantes y muchos bartenders lo aprueban.
4. A la cena con burbujas
La apertura de estilos en materia de espumantes generó que la sommelerie le diera el twist propio de la profesión: el maridaje. Ahora, finger food marina, ensaladas de palta y antipastos son escenarios perfectos para que las burbujas ganen la mesa. ¿El truco? Que no sean muy dulces.
Fuente: planetajoy.com/
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