Nuestro vino de hoy es La Joya Reserve Carménère 2007, de Viñas Bisquertt Ltda. (@VBisquertt). Esta compañía familiar propiedad de la familia Bisquertt, fue fundada en 1978 y se encuentra ubicada en Colchagua, donde además se encuentran todas sus plantaciones. Es una de las viñas de más prestigio de Chile, enfocados a la calidad y con un cuidadoso manejo del terroir.
La variedad Carménère tiene una de las historias más interesantes dentro del mundo del vino. Se considera originaria de Médoc en Burdeos, Francia. Ahí se cultivo ampliamente hasta que la epidemia de filoxera que da inicio en la década de 1860 la exterminó. O al menos eso fue lo que se creyó por más de un siglo. La Carménère había sido introducida en Chile en 1850 y allí permaneció oculta y confundida junto a la Merlot. En 1991, el ampelógrafo francés Claude Vallat expresó que cierto Merlot chileno no era tal, por presentar notas verdosas muy atípicas. Finalmente, en 1994, su discípulo Jean-Michel Boursiquot identifica a la variedad como la Carménère, ya desaparecida en Europa. Actualmente, la variedad Carménère se ha convertido en un elemento característico de la industria vitivinícola chilena.
Nuestro vino de hoy tiene un color intenso, brillante en copa, con destellos violáceos que destacan. En nariz resalta el carácter especiado, mostrando también notas de frutos secos y chocolate. Al paladar presenta un ataque suave, se muestra sedoso y elegante, evolucionando hacia un final largo pleno de notas especiadas y un leve amargo que no resta encanto a la experiencia. Este vino se puede servir a unos 18 ºC. Por su carácter especiado, es un vino ideal para acompañar carnes condimentadas y platos donde las especias tengan cierto peso. Personalmente, pienso que un Carménère como este acompañando preparaciones al curry no muy cargadas, resulta maravilloso.
La importación y distribución de La Joya Reserve Carménère 2007 en Venezuela, está a cargo de Alimentos Fusari C.A. (@AlimentosFusari). En los comercios del ramo se puede encontrar en 120 Bs. aproximadamente.
Y como siempre digo: Recuerden, el vino es aliento para el cuerpo y alimento para el alma. Hasta la próxima. ¡Salud!
José Sidonio Rodríguez
Entusiasta del vino
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