Antes de que maduren y se tornen coloradas, son usadas para preparar conservas y acompañar platos salados. Ojo, para servir de postre con jugo de naranja y crema, mejor esperar a que estén bien dulces.
Al norte del globo terráqueo, con la llegada de la primavera, nació la moda de consumir frutillas cuando todavía no llegaron al punto de maduración que las torna coloradas. No se trata de reemplazar a las maduras, sino de usarlas como un ingrediente diferente al ser más ácidas y perfumadas.
Al revés de lo que sucede con otras frutas como la banana, dejan de madurar cuando se las separa de la planta y se mantienen firmes. Al no ser tan dulces, son un agregado refrescante a los platos. Los especialistas aseguran que son ideales para preparar pickles o chutneys, que al acompañar carnes, acentúan su sabor.
Fuente: planetajoy.com
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