Los escamoles (hueva de la hormiga), se acostumbra comer a la mantequilla y en tacos . Foto de Nicholas Lundgaard
La investigadora de la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Universidad Autónoma del Estado de México, Beverly Ramos Rostro, dijo que en el municipio mexiquense de Axapusco, la captura de hormigas para consumo humano es una actividad familiar que se ha transmitido por generaciones y debe ser conservada.
Los expertos destacaron que la ingesta de insectos, arácnidos o artrópodos en general, es una actividad que ha sobrevivido con el paso de los años.
Ello, a pesar de los cambios culturales que ha sufrido la sociedad mexicana, que antiguamente, se desarrollaba únicamente con la finalidad de satisfacer necesidades nutricionales de los primeros pobladores de este territorio.
En la actualidad, dijo la investigada universitaria, la recolección de insectos y su comercialización se han convertido en una fuente de ingreso económico para los habitantes de muchas regiones del Estado de México, dedicados a esta actividad.
La extracción de hormigas para consumo humano, puntualizó, es muy común en municipios como Teotihuacán, Otumba y Axapusco, donde la población las aprovecha por sus altas propiedades nutricionales y les atribuye algunas medicinales, por las cuales son comercializadas.
Beverly Ramos Rostro, junto con Sofía Figueroa Colín y Héctor Olguín Arredondo aseguraron que esta actividad ha permitido también a los lugareños tener cierto ingreso económico.
Además de mantener viva la importancia de preservar esta actividad, por el legado cultural y tradicional que da identidad a una zona del Estado de México.
Fuente: eluniversal.com.mx
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