Nuestra experiencia se basa en cuatro generaciones experimentando e innovando según las necesidades en este sector día a día.
- Innovación: Cada día MASTRIGO se esfuerza por ofrecer a sus clientes el mejor sabor tradicional de sus productos. Para ello, va introduciendo las nuevas técnicas que se han incorporado desde la primera generación hasta hoy, puesto que disponen de una maquinaria mejor preparada y que ofrecen al cliente calidad, seguridad y confianza, lo cual hace que la empresa prospere con un buen funcionamiento en el día a día.
- Calidad: Sabor tradicional, en Mastrigo utilizamos solo utilizamos ingredientes procedentes del arco mediterráneo, para ofrecer a nuestros clientes, productos 100% Dieta Mediterránea.
En definitiva la filosofía de nuestra empresa está basada en la calidad de nuestros productos y en la satisfacción del cliente. Para ello realizamos una cuidadosa selección de nuestras materias primas, estableciendo así, un sistema de control de calidad exhaustivo en nuestro sistema de producción.
Mastrigo Bio Gourmet, SL cumple con toda la normativa de sanidad, además de contar con el sistema de autocontrol APPCC, que garantiza un control sanitario exhaustivo a lo largo de todo el proceso de fabricación.
Pasado & Presente
Sea cual fuera su origen, estos “trocitos” de pan crujiente constituyen un producto extraordinariamente versátil, y en los últimos años han conseguido un estatus bien distinto al de sus orígenes. De hecho, han pasado de ser un producto local, de lo más común y sin un especial interés por la calidad, a tratarse como producto gourmet, servido en las mesas más selectas.
Los picos y todas sus variantes son un acompañamiento casi indispensable para las archiconocidas tapas que España ha sabido exportar y poner tan de moda en el resto del mundo. Son el complemento ideal de productos tan españoles y emblemáticos como el jamón ibérico, los quesos, el chorizo, la tortilla de patata, las ensaladillas, los boquerones en vinagre y un largo etcétera. Tienen mucha más caducidad que el pan normal y pueden tenerse siempre en el hogar, como una alternativa muy atractiva.
Además, con el crecimiento de la industria y los cambios en tendencias de los mercados, los picos van ampliando sus aplicaciones culinarias. Dejando atrás el concepto de ser un mero acompañamiento, convirtiéndose también en un atractivo snack saludable; una forma sana y natural de “picar” entre comidas. Algunos se hacen en forma de barritas, otros imitan pequeñas pizzas, pero en definitiva, el uso de ingredientes básicos y naturales como el aceite de oliva, los cereales y las semillas, ha logrado despertar ampliamente el interés de un público exigente y conocedor de la buena calidad.
Aunque se intenta mantener las formas más tradicionales en estos panes secos, actualmente reciben todo tipo de nombres (picos, picos camperos, colines, rosquillas, regañás,crackers...), pero además aprovechan los recursos habidos en los ingredientes básicos para crear todo tipo de variantes: normales o integrales, de elaboración artesanal, ecológicos, con aceite de oliva virgen, con ajonjolí (sésamo), espelta, aceitunas y tomate, pasas y miel… la lista es casi interminable.
Podría hacerse la siguiente descripción de algunas de las referencias más características, si bien existen importantes variaciones de los productos de unas empresas y otras, en función de la receta que cada una aplica:
- Picos: forma de palito corto, de grosor medio; color claro, y de dureza que varía según los tipos, poco crujiente.
- Picos artesanos o camperos: forma de masa enrollada ligeramente curvada y un poco irregular; color claro, no demasiado tostado, y de dureza media, crujiente.
- Colines: forma de palito, de grosor fino; color claro, y dureza media, crujiente al morder.
- Regañás: forma plana y rectangular; color dorado y textura crujiente, resistente a la rotura al morder.
- Rosquillas: forma alargada de grosor medio a fino; color dorado y consistencia crujiente pero poco resistente a la rotura al morder.
- Chapatitas: forma rectangular, color dorado, grosor medio y una consistencia crujiente al morder.
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