El Gourmet Urbano: ¿Qué pasaría si de pronto todos nos volviéramos vegetarianos?

lunes, 20 de abril de 2015

¿Qué pasaría si de pronto todos nos volviéramos vegetarianos?

Un grupo de científicos planteó el hipotético escenario y llegó a conclusiones contundentes: disminución del efecto invernadero, antibióticos más efectivos y más tierra disponible. Sin embargo, un mundo sin carne no sería la panacea que muchos imaginan.

 

Cuando, en 2014, las autoridades de Palitana vetaron la venta de carne, la convirtieron en la primera ciudad 100% vegetariana. Ahora imaginemos que esa premisa se extendiera a lo largo y ancho del globo. Aunque se trate solo de una utopía (o distopía, para muchos) un grupo de investigadores de la Agencia de Evaluación Ambiental de los Países Bajos decidió plantear el escenario para averiguar cuál sería su impacto a nivel mundial. Las conclusiones son contundentes.

 

 

La carne fue, básicamente, lo que nos convirtió en humanos. Sin esa proteína, es muy probable que no hubiésemos desarrollado la inteligencia que nos diferencia del resto de las especies. También es un alimento que refleja fehacientemente la desigualdad del mundo. "En Occidente comemos carne a un precio asequible porque hay sitios en el mundo donde ni la prueban. Si en China o la India empiezan a hacerlo, el impacto ambiental será muy fuerte", afirma José Miguel Mulet, profesor titular de biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia.

 

 

Lo cierto es que los recursos utilizados para producir carne son tres veces superiores a los que se necesitan para producir vegetales. Con el crecimiento demográfico y la incorporación de este producto a la mesa de muchas personas que antes no podían permitírselo, la sostenibilidad de un menú tan carnívoro como el de Occidente está en discusión.

La industria ganadera genera más del 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre y utiliza el 26% de toda la superficie libre de hielo de la Tierra. Si se la eliminara, se recuperarían 2700 hectáreas de terreno, en las que se podría plantar más vegetales o simplemente reforestar el planeta. Se reducirían así las emisiones de carbono relacionadas con el cultivo de alimento para el ganado en un 17%, las de metano en un 24% y las de óxido de nitrógeno en un 21%. Por otro lado, el costo de las parcelas de tierra disminuiría notablemente.

 



Todo el mundo sabe que los animales son inyectados diariamente con hormonas y anticuerpos para hacerlos engordar y evitar que se enfermen aún en las pésimas condiciones sanitarias en las que se los cría. Un efecto inesperado de un hipotético mundo sin carne sería una repentina disminución de la resistencia que hemos generado a los antibióticos.

Pero no todos los efectos serían positivos. Así como la industria cárnica es la responsable del 14,5% de la emisión de gases invernaderos del planeta, representa alrededor del 1,4% del producto interno bruto del mundo. Si desapareciera del mapa, 1.300 millones de personas (de las cuales casi mil millones se encuentran en situación de pobreza) se quedarían sin trabajo.

Alimentarnos correctamente a base de legumbres y vegetales no es un desafío para ninguno de nosotros. Sin embargo, en los países en los que la desnutrición es ley, mujeres y niños necesitan especialmente la proteína que aporta la carne. Con un régimen vegetariano, paliarla resultaría mucho más complicado: la proteínas vegetales  no suelen tener todos los aminoácidos esenciales para el ser humano y es necesario combinar distintas fuentes (legumbres y cereales, por ejemplo) para obtenerlas.

Carne o no carne: la discusión sobre qué dieta aporta más beneficios al organismo humano no termina de zanjarse. Sin embargo, la que plantea la poca sustentabilidad de un modelo alimenticio carnívoro arroja conclusiones claras

Fuente: Planeta Joy

 

 

 

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