La chayota es una planta de origen centroamericano familia de las calabazas, pepinos y auyamas y cuyo fruto suele consumirse como hortaliza.
Es un alimento con propiedades nutricionales interesantes:
1. Alto contenido en fibra: Comer chayota es una buena manera de aumentar el consumo de fibra. La fibra ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre, y por lo tanto muy útil para los diabéticos.
2. Fuente abundante de ácido fólico y vitamina C, es decir tiene propiedades antioxidantes.
3. Contiene altos niveles de zinc, magnesio, calcio, fósforo y potasio.
4. Es baja en calorías. Tiene poco almidón y prácticamente cero grasas, por lo tanto un buen elemento en dietas para perder peso.
5. El té o infusión de hojas del mismo tiene excelentes resultados en el tratamiento y disolución de cálculos renales así como para la retención de orina e inflamación por retención de líquidos.
Si bien es un alimento muy sano, es poco considerado en la cocina por tener un sabor neutro diríase casi insípido. Pero esta misma cualidad le permite de alguna manera absorber los sabores de otros ingredientes en inclusive usarlo en preparaciones como compotas y chutneys.
Quizás sea un instinto natural de los merideños comer chayota o quizás sea porque son económicas y se usan para rendir sopas y rellenos de postres, pero lo cierto es que en todos los mercados de verduras de por estos lados las venden de distintas variedades: verdes y grandes y con forma de pera, pequeñitas y redondas, amarillas casi blancas con espinas o sin espina. Más aún en muchos jardines uno puede ver plantas de chayotas creciendo en las rejas y portones, las cuales lucen muy decorativas puesto que se trata de una enredadera muy bonita.
Confieso que hasta hace poco me parecía un ingrediente poco llamativo para cocinar y solía despreciarlo. De un tiempo para acá he cambiado esa visión y en mi empeño por explorar los ingredientes de nuestra mesa andina la he ido investigando e incorporando en mis menús.
La manera más clásica de preparar chayotas es rellena. Para ello se cocina la chayota, se saca su contenido y se mezcla con otros ingredientes como: sofritos, quesos, carnes guisadas, pollo cocido, granos o con otros vegetales y con esto se rellena. Gratinadas con maíz y queso ahumado andino quedan estupendas. En ensaladas y carpaccios es deliciosa y refrescante eso sí, es necesario hacerle una vinagreta con mucho sabor y mezclarla con muchas hierbas y otros vegetales.
Les dejo una receta, con la ilusión de que se interesen por este incomprendido vegetal, que además de ser muy saludable nos regala una virtud en su insipidez y es la de adaptarse a cualquier sabor que le acompañes.
ENSALADA DE CHAYOTA (Para cuatro personas y mantenerse en la línea)
- 4 chayotas medianas, verdes
- Dos ajíes dulces picaditos
- Una cebolla morada o blanca picadita
- Un tallo de cebollín picadito
- Hierbas abundantes: cilantro, perejil, albahaca, verdolaga
Aderezo:
- 1 taza de aceite de oliva o aceite vegetal
- ½ taza de vinagre de vino tinto
- Jugo de medio limón
- 2 Cucharadas de mostaza preparada
- 1 cucharada de azúcar morena
- Sal y pimienta al gusto.
Decoración:
- Trocitos de casabe tostado.
METODO
1. Partir la chayota en dos a lo largo y cocinar en abundante agua salada. Debe quedar al dente. Pasarla un recipiente con agua helada para detener la cocción. Escurrir y secar bien. Quitarle la piel y cortarla en cubitos homogéneos.
2. Unir con el resto de los ingredientes de la ensalada, exceptuando las hierbas.
3. Preparar el aderezo mezclando todos los ingredientes bien y agitando hasta lograr una emulsión.
4. Aderezar la ensalada y dejar reposar media hora.
5. Incorporar las hierbas y servir decorada con el casabe.
Valentina Inglessis
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