Se dice que la cerveza está viviendo ahora un nuevo renacimiento, reivindicándose como producto gourmet, artesano y de autor. Lo cierto es que como bebida histórica popular tiene un trasfondo cultural muy interesante y además ofrece muchísimas posibilidades. El Brussels Beer Project pretende recuperar métodos antiguos al mismo tiempo que ofrece una solución al desperdicio de alimentos.
La cerveza se elabora a partir de agua, malta, lúpulo, cereales y levaduras, así que emplear pan no parece a priori una idea muy descabellada. Además, historiadores creen que muy posiblemente algunas de las primeras cervezas surgieran a partir de accidentes durante la elaboración de pan.
El equipo de Brussels Beer Project ha bautizado su cerveza como Babylone, porque está inspirada en una especie de papilla o bebida espesa de la antigua Babilonia preparada a partir de pan fermentado. Después de diversas investigaciones y pruebas, han dado con una receta que combina malta de cebada, lúpulo y pan para producir una cerveza muy peculiar.
Reconocen que el sabor de la cerveza Babylone es muy distinto a lo que la gran mayoría de aficionados habituales a la cerveza están acostumbrados. Sin embargo, su potente aroma, las notas amargas y sus sabores especiados de larga permanencia en boca pueden ofrecer una experiencia muy interesante para los que buscan probar cervezas diferentes y especiales.
A pesar de que no soy muy cervecera, me ha llamado mucho la atención este proyecto y no me importaría poder hacer la cata. En cualquier caso, bienvenidas sean iniciativas como estas que promueven reducir los desperdicios de alimentos, o al menos darles una nueva vida útil antes que acabar en la basura. Recordemos además los buenos resultados que da la cerveza en muchas masas de panadería.
Más información | Brussels Beer Project
Fuente: Directo al Paladar
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