La Negra Marinera. Suena a habanera o canción de esas que toca la orquesta cada año en las fiestas del pueblo, pero en realidad es el nombre de una cerveza. Pero no de una cualquiera, sino de la primera cerveza negra hecha con agua de mar, un invento que a estas alturas ya no nos pilla del todo desprevenidos porque hace ya tiempo que descubrimos Er Boquerón, también a base de agua de mar.
En este caso no hablamos del Mediterráneo, sino de una cerveza que viene de la costa gallega y que bebe de la larga tradición portuaria de las cervezas negras inglesas. Según nos cuenta Óscar Cascallana, responsable de Mustache, usar agua de mar no es un simple reclamo o el típico truco de marketing para llamar la atención, sino que, detrás, hay una historia y un porqué.
“Durante siglos, en los pueblos marineros de Europa (sobre todo en Reino Unido e Irlanda) ha existido una costumbre muy extendida, la de tomar ostras con cerveza negra”. A diferencia de lo que ocurre ahora, en aquella época las ostras eran un producto tan popular como la cerveza, con precios mucho más asequibles.
Ese maridaje tiene su lógica -argumenta- porque los sabores salinos de las ostras encajan muy bien con el punto dulzón de la cerveza negra. De hecho, resulta que hay un tipo de cervezas denominadas Oyster Stout que, en su elaboración, usan ostras que se cuecen con la cerveza, para extraer ese sabor a mar.
Es de esta combinación de donde surge la idea de hacer una cerveza negra con agua de mar. Concretamente con agua del Parque Natural Atlántico de las Rías Baixas (Cíes, Ons) recogida a 10 metros de profundidad y que la empresa Sie7e Mares purifica, microfiltra y comercializa.
En el proceso de elaboración -explica Cascallana- se usa este agua marina ya tratada junto a 6 tipos diferentes de maltas de cebada, y 3 tipos de lúpulos. Una receta un tanto compleja con la que se pretende conseguir una cerveza negra diferente. O, mejor dicho, más ligera y fácil de beber que esas cervezas negras densas y con bastante alcohol que espantan a mucha gente.
¿Y lo consigue? La verdad es que sí. Aunque evidentemente no estamos ante una cerveza salada ni se escucha el sonido del Atlántico al abrirla, la promesa de que el agua de mar aporta suavidad al conjunto se cumple.
De color muy oscuro -no negra del todo pero sí un marrón muy profundo- y con una espuma densa que perdura, el olor y sabor de entrada sí recuerda a las negras tradicionales -regaliz, café…- pero rápidamente se descubre esa ligereza. Nada que ver con otras cervezas negras que casi alimentan, para entendernos.
El éxito ha sido notable y andan justos de stock, nos cuenta. Pero la Negra Marinera puede encontrarse en la propia tienda on-line de Mustache con un precio de algo más de 7 euros (y otros 6 de gastos de envío) por 3 botellas de 33 centilitros.
Recomiendan tomarla en copa para poder apreciar bien todos sus aromas. Tomamos nota y añadimos una segunda recomendación por aquello de ser fieles a la historia: combinarla con unas ostras gallegas. Así, cualquiera.
Fuente: 20 Minutos
En este caso no hablamos del Mediterráneo, sino de una cerveza que viene de la costa gallega y que bebe de la larga tradición portuaria de las cervezas negras inglesas. Según nos cuenta Óscar Cascallana, responsable de Mustache, usar agua de mar no es un simple reclamo o el típico truco de marketing para llamar la atención, sino que, detrás, hay una historia y un porqué.
“Durante siglos, en los pueblos marineros de Europa (sobre todo en Reino Unido e Irlanda) ha existido una costumbre muy extendida, la de tomar ostras con cerveza negra”. A diferencia de lo que ocurre ahora, en aquella época las ostras eran un producto tan popular como la cerveza, con precios mucho más asequibles.
Ese maridaje tiene su lógica -argumenta- porque los sabores salinos de las ostras encajan muy bien con el punto dulzón de la cerveza negra. De hecho, resulta que hay un tipo de cervezas denominadas Oyster Stout que, en su elaboración, usan ostras que se cuecen con la cerveza, para extraer ese sabor a mar.
Es de esta combinación de donde surge la idea de hacer una cerveza negra con agua de mar. Concretamente con agua del Parque Natural Atlántico de las Rías Baixas (Cíes, Ons) recogida a 10 metros de profundidad y que la empresa Sie7e Mares purifica, microfiltra y comercializa.
En el proceso de elaboración -explica Cascallana- se usa este agua marina ya tratada junto a 6 tipos diferentes de maltas de cebada, y 3 tipos de lúpulos. Una receta un tanto compleja con la que se pretende conseguir una cerveza negra diferente. O, mejor dicho, más ligera y fácil de beber que esas cervezas negras densas y con bastante alcohol que espantan a mucha gente.
¿Y lo consigue? La verdad es que sí. Aunque evidentemente no estamos ante una cerveza salada ni se escucha el sonido del Atlántico al abrirla, la promesa de que el agua de mar aporta suavidad al conjunto se cumple.
De color muy oscuro -no negra del todo pero sí un marrón muy profundo- y con una espuma densa que perdura, el olor y sabor de entrada sí recuerda a las negras tradicionales -regaliz, café…- pero rápidamente se descubre esa ligereza. Nada que ver con otras cervezas negras que casi alimentan, para entendernos.
El éxito ha sido notable y andan justos de stock, nos cuenta. Pero la Negra Marinera puede encontrarse en la propia tienda on-line de Mustache con un precio de algo más de 7 euros (y otros 6 de gastos de envío) por 3 botellas de 33 centilitros.
Recomiendan tomarla en copa para poder apreciar bien todos sus aromas. Tomamos nota y añadimos una segunda recomendación por aquello de ser fieles a la historia: combinarla con unas ostras gallegas. Así, cualquiera.
Fuente: 20 Minutos
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