Cerveza y marketing

El márketing es el conjunto de técnicas que a través de estudios de mercado intentan detectar el interés de la gente por un determinado producto y así obtener el máximo beneficio en su venta. Dicho de otra manera, analizan nuestros gustos y necesidades y adecuan el producto para el mercado. A veces no se sabe si es antes la necesidad y luego el producto o viceversa. A mi modo de ver, en los últimos tiempos muchos de los productos del mercado generan la necesidad, es decir, la moda.

Es interesante pararse a pensar cómo estas técnicas influyen, más de lo que creemos, en nuestros hábitos de consumo. Cada vez que voy al supermercado me hago la misma pregunta (imagino que usted también): ¿Por qué no hay forma de llevar el carro recto? Es un misterio sin resolver que en pleno siglo XXI, con los estupendos ingenieros que tenemos en España, no sean capaces de hacer que ese carro vaya recto. Siempre escora hacia los costados y mira por dónde vas a parar a los lineales del súper. Una vez que el consumidor está delante del lineal ya entran las técnicas del márketing: a la altura de la vista y con solo estirar la mano tenemos los productos que más margen le queda al supermercado y en lo más alto y más bajo, es decir donde más esfuerzo físico nos cuesta coger los productos, se encuentran los de menos margen comercial. ¡Márketing!

La Duke University, en 1982, hizo un experimento del comportamiento humano sobre la fijación de precios. Lanzaron al mercado dos cervezas, A y B. siendo la primera la más cara. Por supuesto la mayoría de la gente consumía la cerveza B. Sacaron una tercera marca X más cara que la A, pasando esta de ser anteriormente la más cara a ser la del precio intermedio. El 90% de los consumidores eligieron ahora la cerveza A. Es decir, lograron vender más la que era más cara inicialmente. El hecho de tener un precio más alto y uno más bajo hace que el precio del medio parezca más atractivo. Si se tienen dos precios para un producto y se busca que la gente pague el más alto lo que se hace es añadir un tercero aún más alto. ¡Márketing!

Con los productos financieros nos ocurre lo mismo: fondos, planes de ahorro, derivados, seguros de ahorro, bonos, pagarés, y así un largo etcétera. Al final da la sensación que lo que se pretende es despistar al ahorrador para pagar lo menos posible.

Llámenme sentimental si quieren, pero echo de menos los tiempos en que con la libreta y el plazo fijo nos bastaba. ¿Será la edad?

Cuanto más veo, más mal veo…

Fuente: La Rioja.com