El alimento fue recuperado por los recién casados James y Mabel Fenwick. Iniciaban en abril de 1912 un viaje de tres meses de luna de miel hacia Europa en el transatlántico Carpathia, que se convertiría en el barco de salvamento de los cerca de 700 supervivientes del Titanic. Guardaron la cracker de la marca Spillers and Bakers en un sobre. Hoy se ha convertido en una de las galletas más caras y longevas de la historia.
Los científicos de la Armada estadounidense deberían estudiar la galleta. Ellos han diseñado un sándwich que se mantiene en perfecto estado durante dos años, un suspiro al lado de la cracker del Titanic.
Se conserva intacto dos años por debajo de los 26 ºC y unos seis meses si está por encima de los 37 ºC. Aporta entre 300 y 500 calorías y hay multitud de variedades:pollo barbacoa, sabor a nachos, pepperoni, carne barbacoa, bacon y queso cheddar. El mayor reto de los científicos del Departamento de Defensa, combate y alimentación del Centro de Sistemas para el Soldado de Natick, es conseguir un clasicazo americano, el sándwich de crema de cacahuete y gelatina, porque con el paso del tiempo el pan absorbe los ingredientes y se queda vacío.
El truco está en hacer un sándwich nada apetitoso para los microorganismos. Estos necesitan agua, oxígeno y un pH suave. Como del agua no se puede prescindir en los alimentos porque es fundamental para que estén frescos y jugosos, el bocata militar la tiene en forma de mermelada, sal, o miel, inaccesible para las bacterias. Para que no haya nada de oxígeno en el entorno del sándwich han incluido dentro del envoltorio un sobrecito con limaduras de hierro. Estas atrapan el oxígeno y también humedad.
La mayor dificultad para hacer un alimento con estas características es lograr que no sepa a rayos.
Los expertos del ejército están ahora inmersos en la creación de la pizza eterna:
Prototipo de pizza eterna en 014 AUSA Winter Symposium and Exposition (Foto: Kelly A. DeWitt)
(Foto: DOD Combat Feeding)
Fuente: QUO
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