El Gourmet Urbano: ¿Es la cerveza el nuevo vino de Castilla y León?

viernes, 3 de junio de 2016

¿Es la cerveza el nuevo vino de Castilla y León?

El consumo y producción de esta popular bebida está creciendo a un ritmo vertiginoso, con un especial impacto en esta comunidad autónoma, y nos explican las claves algunos de los principales protagonistas del negocio en la región

Castilla y León ha sido históricamente una región vinícola. Una zona en la que el vino campaba a sus anchas y se sabía dueño y señor de los bares. Se puede decir que es algo cultural, algo que los castellanoleoneses llevan en la sangre y, por qué no, también motivo de orgullo. No obstante, en los últimos años le ha surgido un compañero de viaje cuya presencia está creciendo a un ritmo vertiginoso: la cerveza.

Estantería con cervezas en la boutique especializada Beer in the Jaar, en Valladolid. Eduardo M. Espallargas


El brebaje lupuloso, al menos en España, ha sido habitualmente marginado por los críticos gastronómicos, quienes lo relegaban a una suerte de refresco alcohólico. Sin embargo, gracias a la influencia europea, donde históricamente ha habido mayor tradición, la cerveza se ha convertido en un producto gourmet de primera línea que despierta cada vez más interés, y Castilla y León en una de las principales zonas de España donde comprobar este fenómeno.


Lo demuestran los diferentes locales especializados que han surgido en Valladolid, desde los más veteranos como El Irlandés hasta otros que acaban de nacer, como el Bariloche, reconvertido en cervecería sensu stricto, o el 'Babalá', local con seis años de existencia que aúna música y pasión por la cerveza. También boutiques, tiendas al más puro estilo vinoteca pero dedicadas al popular zumo de cereal, como Beer in the Jar o El gato que bebe cerveza. En la cadena no podían faltar fabricantes como El Secreto del Abad, afincados en Portillo (Valladolid), o los segovianos Cervezas San Frutos.

En El Norte de Castilla hemos decidido charlar con algunos de ellos para que nos cuenten su experiencia en un negocio que hace tiempo que dejó de ser una moda pasajera, como algunos lo definieron al principio, para afincarse y echar raíces en una comunidad que ya puede presumir decultura cervecera. Entre otros motivos, se debe a que el consumidor ha evolucionado al mismo tiempo que otros eslabones, impulsando con su exigencia un aumento en la calidad del producto y, en consecuencia, del negocio.


Uno de los principales testigos de esta evolución es Jesús Maestre, gerente del pub El Irlandés. El establecimiento, que nació hace ya 25 años, es toda una institución entre los aficionados y, dicho sea de paso, ha realizado una labor que roza la docencia para convertir a sus clientes en auténticos expertos de la materia. «Cuando comenzamos había pocas cervecerías y el grado de especialización era menor. Esto ha cambiado muchísimo, no solo a nivel de consumo, sino que ahora el cliente está mucho más formado y es más exigente», explica Jesús. «Los clientes antes iban simplemente a por algo distinto y ahora quieren ir más allá. Te preguntan detalles y matices muy particulares y preocupan cosas como la procedencia o el proceso de fabricación. Es un grado de especialización que no se ve en otros productos».

Entre otras razones, Jesús considera que ha habido una serie de catalizadores que han contribuido a este mayor conocimiento, como las redes sociales. Un medio que también ha servido para que cada vez un público más joven se involucre más en este mundo. Como reconoce Javier Bayón, quien regenta el bar musical El Farol de Cantarranas y acaba de abrir el Bariloche como cervecería especializada, «los jóvenes están más abiertos al cambio, a lo diferente, y las mejores vías para llegar a ellos son plataformas como Facebook o Twitter». Una labor de comunicación que lleva a cabo en sus dos establecimientos y que también realiza Tamara Barrio, dueña de la Boutique especializada Beer in the Jar.

«En nuestros perfiles de redes sociales publicamos todas las novedades que tenemos», explica Tamara. La tienda cuenta con referencias de prácticamente todos los países de Europa además de algunas de otroscontinentes como EEUU, y nació en 2015 gracias a la afición que sentía la propia Tamara, quien reconoce que «la cerveza es un regalo cada vez más habitual. Las pasadas navidades entró gente de todas las edades en busca de una cesta o una cerveza más especial para regalar». Una nueva salida para un producto con un público cada vez mayor y más variado.

Pese a que los jóvenes han sido en buena medida los mayores consumidores de cerveza, se trata de un producto que disfruta gente de cualquier edad y condición. Sobre la evolución del perfil del consumidor, además de la mayor especialización, Jesús también ha detectado un aumento significativo de mujeres, «animadas porque la cerveza es un producto significativamente más variado, con muchos tipos a disposición de los consumidores». Y lo dice un buen conocedor del producto, pues por sus grifos y estanterías han pasado en el cuarto de siglo que lleva abierto más de 5.000 referencias.

Cajas apiladas de 'El secreto del Abad' / EL NORTE

Si en algo coinciden todos los entrevistados es que uno de los mayores atractivos de la cerveza es la gran variedad de tipos que hay, todos ellos con sus diferentes matices, variantes y espacio para la experimentación. «No hay nada que te imagines que no exista en cerveza, porque cada vez hay más creadores», reconoce Jesús. Una amplia oferta que, como explica Sergio Fernández, al mando de lacervecería Babalá, «los clientes agradecen mucho y valoran que los bares ofrezcamos cosas diferentes o grifos de cervezas más especiales que despiertan la curiosidad». Una tarea que, aunque desde fuera pueda parecer sencilla, requiere de mucho trabajo para estar al día y ofrecer productos a la altura de los cada vez más exigentes paladares.

La razón de la enorme variedad es el juego que permite la cerveza a la hora de cocinarla. A partir de los ingredientes básicos; que son malta, agua, lúpulo y levadura, se pueden hacer infinitas combinaciones para obtener un resultado único. La calidad de dicho resultado es el objetivo principal de la microcervecera El Secreto del Abad, premiada en el tercer certamen ‘La Blanca 2015’, celebradO en Valladolid en Navidad. Roberto Fernández y Julio Ortega, responsables de esta cervecera vallisoletana, decidieron recorrer España en busca de su sabor mientras conocían a los mejores del país.

«Buscamos la excelencia y poco a poco fuimos definiendo nuestro producto. Cuando vimos que nos convencía dimos el salto a formar nuestra fábrica», explica Roberto. En su caso, la fabricación artesanal se extiende también a la maquinaria, pues gran parte la han creado ellos mismos. Muchos años de trabajo también para diseñar las recetas que tan buenos resultados les dan ahora. «Quisimos añadir un plus, y lo encontramos en una serie de especias para uno de nuestros tipos. En otro de ellos añadimos miel artesana de Valladolid». El detalle es tan importante que, asegura, «con otro tipo de miel ya sabe diferente.

Castilla y León es la tercera comunidad autónoma de España en número de microcervecerías, con un total de 39 solo por detrás de Cataluña y Andalucía. Un boom artesanal que Roberto considera que enriquece el sector, «pero debe ir acompañado de un buen producto». Algo que también tuvieron claro desde el principio los chicos de Cervezas San Frutos, Adrián y Mateo Sanz. Estos hermanos también empezaron con esa imprescindible labor de investigación para saber qué querían hacer, y así encontraron un hueco que podían llenar con su experiencia y capacidad.

Cervezas San Frutos es un buen ejemplo de cómo la cerveza no es solo atractiva para los jóvenes como consumidores, sino también para labrarse un futuro. «Fuimos pioneros en Segovia y luego abrieron otras seis fábricas. Ninguna de ellas ha cerrado y nosotros hemos aumentado ventas, lo que demuestra que va estableciéndose una cultura», cuenta Adrián, quien también reconoce que «la gente más joven es fundamental porque está más expuesta a la comunicación que utilizamos las pequeñas fábricas», concluye.

Poco a poco y gracias a todos estos protagonistas del negocio castellano de la cerveza (a los que hay que sumar tantos otros), esta bebida se está convirtiendo en otro motivo de orgullo para la región. Es posible que la base del éxito de este histórico elixir sea su carácter social. Al hecho de que exista un tipo de cerveza para cada momento del día se suma que «es una excusa para relacionarnos», como lo define Sergio Fernández (Babalá). «Una magia especial», concluye Jesús (Irlandés) mientras cierra el grifo y la espuma termina de copar la jarra. Salud.

EDUARDO M. ESPALLARGAS

No hay comentarios. :