Los vínculos entre comida y bebida están muy presentes en la oferta gastronómica moderna por su capacidad de transmitir sensaciones extra y cierta belleza mediante la relación de ambos productos.
La intuición y el gusto personal son siempre guías válidas a la hora de encontrar la armonía perfecta pero también existen una serie de criterios técnicos, elaborados por expertos profesionales, que nos pueden ayudar a acercarnos al exquisito mundo de los maridajes. Se trata de buscar el equilibrio perfecto entre comida o bebida o, al contrario, un contraste que provoque el mismo placer.
La cerveza combina muy bien con los escabeches, tanto en el terreno de las carnes como de los pescados.
La cerveza también armoniza con los platos en los que abunde el tomate, debido a la acidez del mismo, así como con algunas verduras como las alcachofas y los espárragos cuyo maridaje con otras bebidas alcohólicas resulta casi imposible por algunos de sus componentes ácidos.
La cerveza es la mejor compañera para las ensaladas o platos aliñados con vinagre o mostaza.
La cerveza es contraposición perfecta a la sensación del picante por eso acertaremos si acompañamos los platos picantes y condimentados con especias de aromas intensos.
Tanto las carnes como los pescados ahumados y marinados encuentran en la cerveza el contrapunto perfecto.
Muchos platos grasos necesitan de la cerveza para limpiar el paladar por eso la cerveza es una buena opción para acompañar carnes de cerdo, pescados grasos o quesos.
La cerveza también tiene un espacio en el universo goloso especialmente con la combinación del sabor a chocolate con la cerveza negra.
Fuente: Gastronomia.com
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