El informe sugiere que las directrices actuales de la salud que recomiendan una dieta baja en grasas y en calorías crean un miedo innecesario a las grasas saludables presentes en la dieta mediterránea, con conocidos beneficios para la salud. La acumulación de pruebas científicas sugiere que el contenido total de grasa no es una medida útil de los daños o beneficios de los alimentos, sino que el énfasis debe estar en comer más calorías procedentes de frutas, frutos secos, verduras, legumbres, pescado, yogur, aceites vegetales ricos en fenoles (aceite de oliva virgen extra), y granos integrales mínimamente procesados; y un menor número de calorías procedentes de alimentos altamente procesados ricos en almidón, azúcar, sal o grasas trans. Las grasas vegetales, como el aceite de oliva o las que se encuentran en los frutos secos, son más sanas que las grasas animales que contiene la carne y los productos cárnicos procesados.
El estudio se llevó a cabo en 11 hospitales en España durante el periodo 2003-2010 e incluyó 7.447 participantes de edades comprendidas entre los 55 y los 80 años, que fueron asignados aleatoriamente a uno de tres grupos - una dieta mediterránea no restringida en calorías y rica en aceite de oliva (2.543), una dieta mediterránea sin restricciones en calorías y rica en frutos secos (2.454), o una dieta baja en grasa, donde el consejo era evitar toda la grasa de la dieta (2.450). Después de 5 años, los integrantes del grupo que consumieron regularmente la dieta mediterránea con aceite de oliva virgen extra sin restricciones experimentaron una sensible reducción media de peso (0,88 kg)
"Durante más de 40 años, la política nutricional ha abogado por una dieta baja en grasa, con poco impacto en el aumento de la obesidad", asegura el autor principal del estudio, Ramón Estruch, investigador del CIBEROBN en el Hospital Clínic. "Nuestro estudio muestra que una dieta mediterránea rica en grasas vegetales, como el aceite de oliva virgen extra y los frutos secos, tuvo poco efecto sobre el peso corporal o la circunferencia de la cintura en comparación con las personas que siguen una dieta baja en grasa. La dieta mediterránea tiene beneficios para la salud conocidos e incluye grasas saludables, tales como aceites vegetales, pescado y frutos secos”. En este sentido, el investigador aclara que “por supuesto, nuestros hallazgos ciertamente no implican que las dietassin restricción y con altos niveles de grasas no saludables, como la mantequilla, la carne procesada, bebidas azucaradas, postres o comidas rápidas, sean beneficiosas".
Los expertos insisten en que es hora de fijar pautas dietéticas que destierren límites arbitrarios obsoletos sobre el consumo total de grasa. También es hora de dejar atrás las advertencias y avisos centrados en contar calorías para recomendar opciones más ricas en grasas saludables, como frutos secos, aceites vegetales ricos en fenoles (aceite de oliva virgen extra), yogur e incluso tal vez queso. Aseguran que debemos abandonar el mito de que los productos bajos en grasas y los bajos en calorías conducen a una menor ganancia de peso. Esta ilusión lleva a políticas paradójicas que prohíben la leche entera mientras permiten leche desnatada endulzada con azúcar; obliga a los fabricantes de alimentos, minoristas y restaurantes a eliminar las grasas saludables derivadas de vegetales de comidas y productos, mientras que se comercializan productos bajos en grasa de dudoso valor para la salud; y confunde a los consumidores que seleccionan los alimentos basándose en el contenido de grasa y calorías totales, más que en los efectos reales sobre la salud.
Fuente: Gastronomia.com
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