Un estudio recomienda un máximo de dos cañas (cervezas) para los hombres y una para las mujeres que hayan perdido peso
Las dietas, basadas en cambios en la alimentación y en el estilo de vida, consiguen que se disminuya entre un 5 y un 10% el exceso de peso. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, mantener ese peso perdido supone un esfuerzo aún mayor. Por eso, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad aconseja mantener el peso sin renunciar a comer (y beber) bien.
Estudios demuestran que el consumo moderado de cerveza no afecta al peso ni a la composición corporal. L. O.
La cerveza y la dieta han dejado de ser eternas enemigas. Eso sí, los expertos advierten de la necesidad de que el consumo sea moderado para evitar ganar esos kilos perdidos a base de grandes sacrificios. Así lo recoge el documento «Mantenimiento de la pérdida de peso en la vida real», elaborado por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), que asegura que las personas que deseen mantener la pérdida de peso tras una dieta pueden incluir la cerveza en su alimentación, siempre que no se abuse de ella.
El estudio, en Málaga por el jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición en el Hospital Quirón de Málaga, José Manuel García Almeida, y por la Catedrática del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, Rosa Ortega, recoge que aquellas personas que se encuentren en periodo de mantenimiento de peso tras una dieta deben reducir el consumo de bebidas con contenido alcohólico, pero pueden tomar cervezas, en concreto un máximo de dos al día para hombres y una para mujeres.
Esta bebida fermentada está compuesta por ingredientes naturales (92% agua), y tiene bajo contenido calórico: 90 kilocalorías en 200 mililitros en el caso de la tradicional, y tan solo 34 kilocalorías en la cerveza sin alcohol. De hecho, el estudio concluye que su consumo moderado no afecta al peso ni a la composición corporal, desmontando así el mito de la «barriga cervecera» y puede formar parte de una alimentación saludable dentro de la dieta mediterránea actual, por las propiedades que le confiere su baja graduación alcohólica y las materias primas con las que está elaborada.
El exceso de peso es uno de los grandes problemas de salud de los españoles y en este caso, según datos de la Encuesta Nacional de Salud, cerca de un 21% de los andaluces padece problemas de obesidad y más del 36% de sobrepeso. Las dietas, basadas en cambios en la alimentación y en el estilo de vida, consiguen que se disminuya entre un 5 y un 10% este exceso de peso. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, mantener ese peso perdido supone un esfuerzo aún mayor.
En el documento «Mantenimiento de la pérdida de peso en la vida real» se explica cómo se puede realizar una alimentación completa y saludable sin dejar de lado las costumbres propias de nuestra cultura como salir a comer, tomar el aperitivo o disfrutar de una caña. En este sentido, según explicó García Almeida, «el consumo moderado de bebidas fermentadas, como la cerveza, puede incluirse en la vida de las personas que deseen mantener la pérdida de peso después de una dieta».
Tras la pérdida de peso muchos pacientes vuelven a su antiguo estilo de vida, lo que conlleva una ganancia de peso, además de un desgaste en la motivación y la autoestima. Solo alrededor de un 20% de las personas que han perdido hasta un 10% de su peso son capaces de mantenerlo, ya que el camino para vencer esta tendencia implica continuar con ciertas medidas de control de la alimentación. De hecho, «después de dos a cinco años de seguir este mantenimiento, la posibilidad de tener éxito aumenta de forma considerable», según el jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición en el Hospital Quirón de Málaga.
Entre las pautas que podrían ayudar a vencer la tendencia a recuperar el peso, según la SEEDO, se encuentran programar el menú semanal y la compra, dedicar tiempo a la preparación de los platos o realizar entre 4 y 5 comidas al día, todo ello sin dejar de lado las costumbres propias de nuestra cultura mediterránea. También se recomienda la ingesta de agua como bebida universal de elección para conseguir una buena hidratación y calmar la sed. Limitar el tamaño de las raciones, primando la calidad frente a la cantidad, seleccionando siempre alimentos naturales o de temporada y consumir todos los días alimentos crudos como frutas y hortalizas, son buenos ejemplos para mantener el peso perdido.
Por otro lado, los expertos recomiendan respetar las horas de sueño (entre 7 y 8 horas diarias) y dedicar de 30 a 60 minutos al día a practicar actividad física de intensidad moderada.
Marina Fernández
Fuente: La Opinión de Málaga
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