Antioxidantes, saborizantes, edulcorantes, emulsionantes, colorantes.... aditivos, en definitiva, sobre los que la mayoría de consumidores no está informado
Seguro que has probado a leer las etiquetas que aparecen en la parte trasera de los productos. Los primeros ingredientes son siempre legibles (agua, azúcar, sal,...), pero cuando llegas al final, cuesta incluso pronunciar el nombre de las sustancias más extrañas del elenco.
Si siempre te has preguntado qué significan las siglas y los nombres científicos de los sospechosos compuestos, pero nunca has obtenido una respuesta, desde El Confidencial te ayudamos a estar un poco más informado sobre estos aditivos que estás consumiendo día sí y día también, ya que se incorporan en los alimentos y en las bebidas más comunes que puedes comprar en el supermercado.
Si siempre te has preguntado qué significan las siglas y los nombres científicos de los sospechosos compuestos, pero nunca has obtenido una respuesta, desde El Confidencial te ayudamos a estar un poco más informado sobre estos aditivos que estás consumiendo día sí y día también, ya que se incorporan en los alimentos y en las bebidas más comunes que puedes comprar en el supermercado.
BHA y BHT
Glutamato monosódico. (iStock)
El Butilhidroxianisol (BHA) y el Butilhidroxitolueno (BHT) son dos aditivos antioxidantes que no están exentos de polémica. Si bien los dos están considerados como productos seguros, dicha garantía solo es verdadera cuando ambos son ingeridos en bajas dosis. Cuando se sobrepasan ciertos límites, se ha demostrado la relación directa que existe entre el BHA y el BHT con un aumento de riesgo de cáncer en animales de laboratorio.
Se acusa al glutamato monosódico de causar el llamado síndrome del restaurante chino. Dolor de cabeza, nauseas y entumecimiento son sus síntomas
Ambos aditivos se utilizan para que los productos duren más tiempo a temperatura ambiente y no se vuelvan rancios por la oxidación que causan los aceites utilizados en su elaboración. Curiosamente, la vitamina E tiene las mismas propiedades, pero solo funciona a temperaturas más bajas.
Según un estudio de la Universidad de Berkeley existen todavía pocas certezas sobre sendos antioxidantes. Por dicho motivo, los productos que contienen BHA y BHT deben consumirse con moderación. Están presentes en las patatas fritas de bolsa y en muchos alimentos procesados.
MSG
Se trata del producto de esta lista sobre el que quizás más se ha hablado. El glutamato monosódico es un saborizante al que se le acusa de causar el así llamado síndrome del restaurante chino. Dolor de cabeza, náuseas y entumecimiento muscular forman parte de sus síntomas.
El glutamato transforma a los alimentos en más sabrosos y añade ese sabor que los japoneses ilustran con la palabra 'umami'. Se encuentra de manera natural en los tomates, la salsa de soja o el queso parmesano. Kikunae Ikeda, un profesor de química de la Universidad de Tokio, lo extrajo de un alga marina y añadió sodio al compuesto dando lugar al aditivo en polvo que patentó bajo el nombre de MSG.
La controversia con este compuesto comenzó cuando el doctor Ho Man Kwok escribió una carta al 'New England Journal of Medicine' en la que reflexionaba sobre el extraño síndrome que experimentaba cada vez que comía en restaurantes de comida china. Dicha carta llevó a que varios científicos experimentarán con el MSG.
Diecinueve de esos trabajos no arrojaron grandes conclusiones, y algunos afirmaban que incluso las personas que proclamaban una alta sensibilidad al MSG, no mostraban signos reactivos que fueran especialmente notables. No obstante, el estudio desarrollado por el doctor John W. Olney, un investigador de la Universidad de Washington, concluía que si se inyectaban grandes cantidades de este compuesto bajo la piel de ratones recién nacidos, estos desarrollaban parches de tejido muerto en el cerebro, partes del cuerpo atrofiadas y esterilidad.
Aspartamo
Se trata de un edulcorante que es hasta 200 veces más dulce que el azúcar de caña, lo que en términos de productividad significa que se puede utilizar menos cantidad para conseguir el mismo sabor.
El aspartamo es uno de los principales sustitutos del azúcar. (iStock)
Hacia los años 80 comenzó a correr como la pólvora el rumor de que el aspartamo aumentaba el riesgo de padecer cáncer cerebral. Según la Asociación Americana contra el Cáncer, los estudios que habían llegado a tales conclusiones no eran precisos. Exámenes posteriores han sido incapaces de revelar una relación directa entre el aspartamo y algún peligro concreto para la salud.
Con todo, un trabajo del Hospital General de Massachusetts ha demostrado una curiosa consecuencia de este compuesto sobre el organismo. El aspartamo es el edulcorante que se emplea principalmente en las bebidas light. Cuando se comprobó su acción en el intestino, se descubrió que bloqueaba una proteína llamada IAP que ayuda a regular el metabolismo y quemar grasas. Este es el principal motivo por el que beber refrescos light no va a conseguir que pierdas peso.
Lecitina de soja
Seguramente recuerdas los experimentos que se hacían en el colegio en los que se demostraban que es imposible mezclar el agua y el aceite. En realidad sí es posible llevar a buen fin dicho experimento si se utiliza un producto llamado emulsionante. Esta es la función que cumple la lecitina de soja, que aparece en multitud de alimentos como el chocolate.
La celulosa se añade a alimentos particularmente caros, como el queso parmesano, para conseguir una mayor cantidad de producto
Además de mezclar grasas y agua, la lecitina de soja permite que el compuesto resultante permanezca estable durante más tiempo y que los productos puedan ser consumidos mucho después.
Existe, eso sí, un riesgo potencial comprobado por lo que respecta a este producto: al estar sacado de la soja es un alérgeno. Con todo, es seguro en cantidades pequeñas, incluso para aquellas personas que manifiestan reacciones.
NR 4
Las siglas de este colorante responden a Rojo Natural 4. Existe una gran cantidad de colorantes aprobados por diferentes instituciones alimentarias, extraídos de fuentes naturales. La principal polémica con el NR 4 es que está hecho a base de… bichos. Digamos, con todo, que esto es solo una verdad a medias.
El NR 4 se obtiene aplastando las escamas de la hembra de la cochinilla del carmín, por lo que, en verdad, no se incluyen partes del insecto en la elaboración del compuesto. El proceso se conoce desde hace siglos, cuando los españoles entraron en contacto con la civilización azteca. Se necesitan unos 70.000 insectos para conseguir medio kilo de NR 4.
Ni siquiera el agua corriente se libra de los aditivos. (iStock)
Flúor
El flúor es una sustancia relativamente abundante en la naturaleza que se añade al agua corriente durante el proceso de potabilización. No obstante, la fluoración del líquido elemento es un procedimiento controvertido ante los posibles efectos no deseados que puede tener sobre la salud, existiendo países que han llegado a renunciar a esta práctica.
El flúor se encuentra también en los zumos de frutas, las bebidas carbonatadas, el pescado y las galletas. Frente a tanta exposición a este elemento, la preocupación principal de algunas instituciones como la Universidad de Maryland es que las dosis finales puedan estar superando las ingestas diarias recomendadas. En el caso de los niños, ello puede entrañar consecuencias no deseadas sobre el desarrollo del esmalte dental.
Celulosa
Varias noticias se han publicado en los últimos años por lo que respecta a esta sustancia. El motivo es que algunas empresas habrían añadido celulosa a ciertos alimentos, cuando además este compuesto no es digerible por nuestro aparato digestivo.
La realidad es que la celulosa no entraña ningún riesgo para nuestra salud. Esta sustancia absorbe la humedad en muchos productos, como el queso, y permite mejorar su textura, haciéndolos más agradables a nuestro paladar, además de retrasar su fecha de caducidad.
Otros motivos para utilizarla no son tan legítimos. La celulosa se añade a alimentos particularmente caros, como el queso parmesano, parar conseguir una mayor cantidad de producto y, por consiguiente, más beneficio económico.
GONZALO DE DIEGO RAMOS
Fuente: El Confidencial
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