Pero no hay una experiencia cultural tan vigorizante como disfrutar de un vaso helado de cerveza, al menos no después de que la cultura cervecera de Bélgica fue incluida en la lista del Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad de la UNESCO, el pasado año.
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Ken Grossman, CEO de la cervecería Sierra Nevada, es pionero en la revolución de la cerveza artesanal en Estados Unidos |
“Hacer una cerveza que sea apreciada es parte del patrimonio vivo de varias comunidades a lo largo de Bélgica”, dice la UNESCO.
En una nación de solo 11 millones de personas se producen casi 1.500 tipos distintos de cerveza usando diferentes métodos de fermentación, desde aquella más amarga tipo lambic hasta la tipo dubble, más ‘maltosa’. El 2016 fue un año histórico para las cervezas belgas.
En septiembre pasado se inauguró el primer ‘cervezaducto’, la primera tubería de cerveza en Brujas, una ciudad que de hecho hace parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO, para conectar la cervecería de Halve, en el centro histórico, con una planta embotelladora en los suburbios.
¿En qué andan las otras naciones que son grandes productoras de cerveza? Consultamos a algunos expertos para saber dónde se está produciendo hoy la mejor cerveza del mundo.
El favorito de la UNESCO: Bélgica
“No hay ninguna duda: la cerveza de Bélgica ha tenido una enorme influencia en el resto de la escena cervecera del mundo”, dice la premiada escritora y crítica británica Melissa Cole, experta en cerveza y comida. “Todo, desde los vasos especiales para cada tipo de cerveza hasta el cuidado y la reverencia con la que se sirve, pasando por el hecho de que tienen estilos únicos que solo pueden ser producidos en esas áreas, todo eso hace que la cerveza belga sobresalga sobre las otras”.
Los belgas protegen con ahínco su industria y tratan al producto con respeto. Y los fabricantes de cerveza del resto del mundo han tomado atenta nota de ello.
(CAMRA, por sus siglas en inglés), asegura que el carácter único y la rica diversidad de la cultura cervecera de Bélgica se deben a la privilegiada posición del país, ubicado en todo el corazón de Europa occidental.
“Lo que solíamos llamar los Países Bajos, que ahora son Bélgica y Holanda, han sido invadidos por mucha gente a lo largo de los siglos”, dice. “Fueron parte del Imperio Español en un momento dado, los alemanes los invadieron, los franceses los invadieron. Y todos trajeron consigo sus particulares culturas cerveceras”.
Las cinco que hay que probar en Bélgica: De Koninck, Palm, Brussels Beer Project, Chimay y Leffe.
El más antiguo: Reino Unido
“El Reino Unido ha contribuido al desarrollo de la escena cervecera mundial más que cualquier otro país”, asegura Cole, pues según él muchos de sus métodos clásicos de producción han sido retomados y adaptados en otros lugares.
Y mucho de eso tiene que ver con el legado colonial británico. Las IPA (India Pale Ales), tan de moda hoy en día, se originaron en el Reino Unido en el siglo XIX. Aquellas con alto contenido de lúpulo pretendían conservar la cerveza durante el largo viaje desde Gran Bretaña hasta India.
“Los estadounidenses retomaron el método de las IPA y ahora están produciendo varios tipos fantásticos de esa cerveza”, dice Protz.
Tanto, que muchos productores de cerveza del Reino Unido ahora están haciendo IPA bajo el estilo estadounidense.
“Los belgas producen IPA, los franceses producen IPA, los holandeses producen IPA, casi como en cada país del mundo están produciendo IPA en este momento”.
The Prospect of Whitby, uno de los pubs más antiguos de Londres, capital de un país con tradición cervecera que viene de hace siglos.
Y mientras el Guinness será por siempre asociado a Irlanda, Protz asegura que “las cervezas tipo stout (robustas) se originaron en Londres”.
“Exportamos stout a Irlanda y por eso tomaron nuestro método, en el siglo XVIII”.
Las cinco que hay que probar en el Reino Unido: Kernel, Wild Card, Five Points, Fuller's y Shepherd Neame.
El rey del clima: Estados Unidos
“Hay que quitarse el sombrero ante los estadounidenses por revitalizar el amor por la cerveza artesanal”, dice Cole. “Ellos están abriendo el camino, realmente”.
La experta cita a pioneros como Ken Grossman, quien, motivado por su amor hacia las cervezas de estilo inglés y alemán, fundó la cervecería Sierra Nevada en 1980.
Además, el clima caliente y soleado de Estados Unidos le da a las IPA estadounidenses un sabor frutal que no tienen las del Reino Unido. “En el Pacífico noroccidental, en el estado de Washington y en Oregon, de donde viene la mayoría del lúpulo de las cervezas de Estados Unidos, consigues lúpulos grandes, verdes, llenos de un carácter cítrico”, explica Protz.
Según él, en el Reino Unido, frío y húmedo, el sabor es más “especiado y picante” y “mucho más mesurado”, aunque no por eso deja de ser “delicioso”.
La influencia belga también se nota en Estados Unidos. “Allí están locos por lo que llaman cervezas amargas, que están basadas en uno de muchos, muchos estilos belgas”, añade Protz. “Bien llamadas cervezas de tipo lambic en Bélgica, están hechas gracias a una fermentación silvestre, usando la levadura de la atmósfera y no tanto la levadura de cerveza”.
Las cinco que hay que probar en Estados Unidos: Sierra Nevada, Anchor, Lagunitas, Sam Adams y Goose Island.
El monolito: Alemania
Reinheitsgebot, la ley alemana de la pureza de la cerveza, celebra su aniversario número 500 este año. Todavía está vigente y decide lo que se puede añadir en las cervezas de esa nación.
Pero mientras asegura la alta calidad de la bebida y detiene la acumulación de desechos químicos, también significa que sabores tan populares como el centeno, las hierbas, las especias, el café y las frutas quedan prohibidos.
“Alemania tiene el obstáculo más grande e inamovible”, asegura divertido Protz. “Creo que Alemania está cambiando, sobre todo Berlín. Las cervecerías más jóvenes están diciendo que no están mezclando esto con eso y están desafiando abiertamente al gobierno”.
En términos de experimentación en cerveza artesanal, dice Protz, “creo que Alemania será el último bastión en caer”.
Las cinco que hay que probar en Alemania: Schneider Weisse, Früh, Weihenstephan, Ayinger y Augustiner-Bräu.
Los advenedizos del nuevo mundo: Australia y Nueva Zelanda
Australia y Nueva Zelanda se están sacudiendo cada vez más su reputación de hacer cervezas tipo lager (rubias) sosas y gaseosas. Y así como hicieron con el boom del café, en este momento le están mostrando a los europeos cómo se hace.
“La escena de la cerveza artesanal de Nueva Zelanda está realmente despegando”, dice Cole. “Allá se están produciendo algunas cervezas impresionantes, y también en Australia”.
Las cinco que hay que probar en Australia y Nueva Zelanda: Malt Shovel, Feral, Bootleg, Epic y Tuatara.
Al que hay que tener en la mira: China
China puede ser el mayor mercado de consumo de cerveza en el mundo pero hasta ahora sus esfuerzos locales no han producido un gran impacto en la escena global cervecera.
Sin embargo, dado que China cada vez produce más lúpulo propio, Protz predice que pronto “dejarán de producir las lagersinsulsas que han producido por mucho tiempo”.
“Sé que hay un par de IPA que se están produciendo en Hong Kong, por ejemplo, y que tal vez estén relacionadas con la vieja conexión británica. Creo que Asia cambiará muchísimo en este tema en los próximos años”.
Las cinco que hay que probar en China: Great Leap, Jing-A, Boxing Cat, Bad Monkey y Hong Kong Beer Co.
Maureen O'Hare
Fuente: CNN en español
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