La arepa y el pabellón son los platos más populares que le ofrece Venezuela al mundo; sin embargo, la cachapa no tiene un origen más genuino que el de los llanos venezolanos, pero no son tan reconocidas como un plato típico de ese país.
La cachapa es un rico manjar venezolano. Una especie de “panqueca” de maíz que, combinada con quesos autóctonos o rellenos como pernil (carne de cerdo) y asado, te brindan una experiencia de sabor única y difícil de olvidar.
La poca difusión internacional que tiene la cachapa, una especie de panquecas preparadas con maíz tierno amarillo, es consecuencia de sus rellenos limitados, pero en este tradicional desayuno, el sabor del maíz es el personaje principal. El “queso e’ mano”, telita o guayanés (quesos autóctonos de su país de origen) sus usuales acompañantes, resaltan su textura y sapidez, en una composición lírica para el paladar.
A pesar de contar con una inmensa popularidad entre los comensales internos, la cachapa no ha traspasado las fronteras de su país como lo ha hecho la arepa, el chocolate o el ron que sí han logrado reconocimiento internacional. Esta disparidad se debe a una mala o poca campaña de marketing, aunado a la dificultad de conseguir el maíz “ideal” en otros lugares del mundo. Un ejemplo de una buena publicidad se refleja en la cima en que se encuentra el cacao y el ron venezolano, que cuentan con la certificación más prestigiosa que avala su fama: la denominación de origen controlado.
Colombia disputa con Venezuela su “derecho de autor” sobre la cachapa, al igual que la arepa, pero después de la disolución de la Gran Colombia, sus tradiciones muestran más semejanzas que divisiones, y las diferencias de los platillos autóctonos dista en su preparación.
La poca difusión de esta especie de panquecas preparadas con maíz tierno amarillo, es consecuencia de sus rellenos limitados, pero en este tradicional desayuno, el sabor del maíz es el personaje principal. El “queso e’ mano”, telita o guayanés, sus usuales acompañantes, resaltan su textura y sapidez, en una composición lírica para el paladar.
En Venezuela, sobre todo en la región central, se come la cachapa dulce con pernil y queso, combinaciones más comunes en las empanadas y arepas asadas. Mientras que en Caracas, se rellena con jamón.
La preparación previa de la masa de jojoto (el maíz en mazorca) es todo un arte, heredado de los indígenas que molían el maíz tierno en pilones gigantes, creando una pasta uniforme y compacta, que se mezcla con leche, papelón y sal, para ser cocinada en un budare artesanal de gran tamaño.En las rutas venezolanas, las areperas suelen estar abiertas las 24hs.
En el oriente venezolano, donde todo es más dulce, la cachapa se impone como un plato salado, más grande y de consistencia más dura que las del resto del país, convirtiéndolo en un almuerzo ligero en la región. El pueblo de Tacaticua en Margarita es el más conocido por la preparación de este estilo de cachapas.
La mayoría de los extranjeros han probado la masa chata de jojoto cocinada en la plancha, pero existe una categoría muy parecida a un bollo, pero con el mismo sabor de este alimento a base de maíz. Se denomina cachapa de hoja porque se envuelve en hojas de mazorca que se cocinan en agua, a diferencia de la presentación más famosa, donde la asadura juega un papel decisivo en la textura crocante y suave.
El mercado interno venezolano se ha encargado de brindar facilidades a los consumidores a través de sus masas listas, o incluso, cachapas de budare para calentar en el horno microondas; sin embargo, esto es un “daño” irreconciliable contra el sabor de lo recién hecho.
Además, la masa tierna admite con más frescura la manteca derretida mientras la pasta se calienta en el budare, en comparación con estas soluciones express de supermercado, que absorben la grasa de forma sintética.
Recorrer las carreteras de los llanos y la región central de Venezuela es la mejor forma de disfrutar de este plato criollo, donde siempre habrá una “cachapera” con la plancha prendida las 24 horas para los viajeros de turnos que desean una degustación.
La poca difusión internacional que tiene la cachapa, una especie de panquecas preparadas con maíz tierno amarillo, es consecuencia de sus rellenos limitados, pero en este tradicional desayuno, el sabor del maíz es el personaje principal. El “queso e’ mano”, telita o guayanés (quesos autóctonos de su país de origen) sus usuales acompañantes, resaltan su textura y sapidez, en una composición lírica para el paladar.
A pesar de contar con una inmensa popularidad entre los comensales internos, la cachapa no ha traspasado las fronteras de su país como lo ha hecho la arepa, el chocolate o el ron que sí han logrado reconocimiento internacional. Esta disparidad se debe a una mala o poca campaña de marketing, aunado a la dificultad de conseguir el maíz “ideal” en otros lugares del mundo. Un ejemplo de una buena publicidad se refleja en la cima en que se encuentra el cacao y el ron venezolano, que cuentan con la certificación más prestigiosa que avala su fama: la denominación de origen controlado.
Colombia disputa con Venezuela su “derecho de autor” sobre la cachapa, al igual que la arepa, pero después de la disolución de la Gran Colombia, sus tradiciones muestran más semejanzas que divisiones, y las diferencias de los platillos autóctonos dista en su preparación.
La poca difusión de esta especie de panquecas preparadas con maíz tierno amarillo, es consecuencia de sus rellenos limitados, pero en este tradicional desayuno, el sabor del maíz es el personaje principal. El “queso e’ mano”, telita o guayanés, sus usuales acompañantes, resaltan su textura y sapidez, en una composición lírica para el paladar.
En Venezuela, sobre todo en la región central, se come la cachapa dulce con pernil y queso, combinaciones más comunes en las empanadas y arepas asadas. Mientras que en Caracas, se rellena con jamón.
La preparación previa de la masa de jojoto (el maíz en mazorca) es todo un arte, heredado de los indígenas que molían el maíz tierno en pilones gigantes, creando una pasta uniforme y compacta, que se mezcla con leche, papelón y sal, para ser cocinada en un budare artesanal de gran tamaño.En las rutas venezolanas, las areperas suelen estar abiertas las 24hs.
En el oriente venezolano, donde todo es más dulce, la cachapa se impone como un plato salado, más grande y de consistencia más dura que las del resto del país, convirtiéndolo en un almuerzo ligero en la región. El pueblo de Tacaticua en Margarita es el más conocido por la preparación de este estilo de cachapas.
La mayoría de los extranjeros han probado la masa chata de jojoto cocinada en la plancha, pero existe una categoría muy parecida a un bollo, pero con el mismo sabor de este alimento a base de maíz. Se denomina cachapa de hoja porque se envuelve en hojas de mazorca que se cocinan en agua, a diferencia de la presentación más famosa, donde la asadura juega un papel decisivo en la textura crocante y suave.
El mercado interno venezolano se ha encargado de brindar facilidades a los consumidores a través de sus masas listas, o incluso, cachapas de budare para calentar en el horno microondas; sin embargo, esto es un “daño” irreconciliable contra el sabor de lo recién hecho.
Además, la masa tierna admite con más frescura la manteca derretida mientras la pasta se calienta en el budare, en comparación con estas soluciones express de supermercado, que absorben la grasa de forma sintética.
Recorrer las carreteras de los llanos y la región central de Venezuela es la mejor forma de disfrutar de este plato criollo, donde siempre habrá una “cachapera” con la plancha prendida las 24 horas para los viajeros de turnos que desean una degustación.
Stephanie Lozada
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