Si bien el sodio es un elemento fundamental que participa del equilibrio hídrico del cuerpo humano, es necesario estar atentos a los alimentos y a las bebidas que lo contienen.
El sodio es el principal electrolito del medio extracelular encargado de diversas funciones, entre las cuales encontramos a la transmisión y generación del impulso nervioso, contractibilidad muscular, mantención de los líquidos corporales dentro y fuera de la célula y regulación de la presión arterial.
SAN DEL HIMALAYA
El contenido de sodio del cuerpo varía según la ingesta alimentaria y la excreción renal. El principal órgano que regula los niveles de sodio, es el riñón ya que controla su retención y excreción.
“Es decir que cuando los niveles de sodio son altos, disminuye la retención del mismo por parte del riñón y aumenta la cantidad eliminada a través de la orina. Por el contrario, si los aportes son bajos, crece la reabsorción de sodio a nivel renal y disminuye su eliminación por orina, controlando así la cantidad total del organismo. A su vez, la eliminación de sodio se puede producir mediante las heces o el sudor, en situaciones como vómitos, diarrea o sudoración excesiva” detalló Rocío Emme, Nutricionista.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una cantidad mínima de sodio de 500 miligramos (mg) por día, sin superar los 2000 mg diarios, es decir 5 gramos de sal al día. La sal está compuesta por 40% de sodio y 60% de cloruro. Una cucharadita de sal, equivalente a 1 gramo, contiene aproximadamente 400 mg de sodio, siendo ésta la principal fuente de sodio. Dentro de nuestro plan de alimentación encontramos otros alimentos con alto contenido de sodio como son los quesos, las conservas, los embutidos, snacks, productos de pastelería y panadería, aderezos, entre otros. Por otro lado, los alimentos con bajo contenido de sodio son los lácteos, cereales, verduras y frutas.
La cantidad de sodio que en promedio consumimos los argentinos la aportan las siguientes fuentes: 39% la sal de mesa, 44% los alimentos, 6% repostería, 3% el agua y 8% otros. Si bien el porcentaje que aporta el agua y otras bebidas es bajo, hay que tener en cuenta que dos litros de cualquier bebida con alto contenido de sodio cubren entre el 20% y el 25 % de la dosis de sodio recomendada por día. El consumo excesivo de sodio se relaciona directamente con el riesgo de padecer hipertensión arterial, el cual es un factor de riesgo de contraer enfermedades cardíacas, accidente cerebro vascular e insuficiencia renal.
Asimismo, el sodio provoca retención de líquidos y puede llegar a afectar gravemente la salud de las personas. Muchas veces incluimos bebidas a nuestra dieta suponiendo que estamos colaborando con la correcta hidratación de nuestro cuerpo, pero no tenemos en cuenta que cada gramo de sodio se retiene 5 g de agua. Esta afección de retener líquidos puede ser patológica o no patológica; la diferencia reside en que, cuando se considera una patología o afección, puede estar causada por problemas circulatorios, insuficiencia cardiaca congestiva y enfermedades renales o hepáticas, mientras que, si no es patológica, la causa puede ser una dilatación de las venas en épocas donde las temperaturas son más altas.
“Es importante que, desde la niñez, inculquemos buenos hábitos alimenticios, evitando ofrecer alimentos con alto contenido de sal, como por ejemplo los alimentos procesados o industrializados, o intentando cuando sea posible no agregar sal extra a los alimentos preparados en casa, ya que los alimentos salados aumentan la sensación de sed y hoy en día esto se ve acompañado del consumo de bebidas azucaradas.” reflexionó Rocío Emme.
Para brindarle un cuidado más detallado a nuestro cuerpo, los expertos recomiendan el uso de condimentos naturales en reemplazo de la sal, como por ejemplo orégano, laurel, romero y tomillo, evitar el salero de mesa, disminuir el consumo de alimentos industrializados y agregarla con moderación en la preparación de comidas.
Fuente: mdzol
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