El vino no es una bebida, es un estilo de vida¿Por qué gusta tanto el vino? ¿Por qué genera tanto a su alrededor esta bebida procedente del zumo de uva? No existe una única razón, en el vino juegan muchos factores que convierten a esta bebida en algo especial. Por historia, cultura, economía, salud,... y así hasta llegar a diez razones por las que amarás el vino:
1. HISTORIA
El vino no es una moda, el vino es historia de la humanidad. El origen del vino se establece durante el neolítico, hace unos 8.000 años, según varios hallazgos arqueológicos. Esta bebida es tan antigua como la propia historia del hombre, en parte porque el vino es un producto que ha formado parte de la alimentación humana. El vino proviene de las uvas que eran almacenadas y muchas de ellas estrujadas -de forma fortuita por presión, gravedad o debido a la maduración- resultando zumo de uva que posteriormente fermentaba de manera espontánea. De este modo el vino ha acompañado de siempre al hombre ligado a la comida. Además el vino ha sido a lo largo de los siglos símbolo de bienestar, alegría, fiesta y relaciones sociales en todas las civilizaciones tan esplendorosas como la Grecia antigua, el imperio romano y, en general, en casi todos los pueblos de Europa y especialmente del Mediterráneo.
2. TRADICIÓN
El vino tiene una larga tradición en nuestra cultura. EI trigo, el olivo y la viña fueron los cultivos ancestrales de la antigua civilización mediterránea. Simbolizaban los logros del hombre sedentario que era capaz de obtener la materia prima, pero también de transformarla y elaborarla con su ingenio y su trabajo. A diferencia del bárbaro, que se contentaba con recoger los frutos que le regalaba la naturaleza o se procuraba la proteína cazando a veces a sus semejantes- el hombre sedentario practicaba la agricultura. Y esa actividad le obligaba a construir y administrar un hábitat estable, creando sistemas de convivencia, habilitando formas de comercio y de comunicación social, sentando las bases de todo lo que llamamos civilización.
3. CULTURA
Debido a su extensa historia, como hemos visto, la cultura del vino es muy amplia. La cultura del vino procede además de múltiples vías. Por un lado está la viticultura, agricultura tradicional asociada a la viña, pero también de la ecológica y biodinámica. Por otro lado tenemos el extensísimo conocimiento asociado tanto a la elaboración, como a su consumo y, en los últimos tiempos, el comercio y el marketing. Incluso el arte hace presencia de forma notoria en el mundo del vino.
4. SOCIEDAD
El vino es un verdadero fenómeno social. El vino no es una bebida de consumo solitario, sino que su mayor placer está en poder compartirlo con otras personas. El vino posee, y ha poseído siempre, un elevado protagonismo entre amplios sectores de la sociedad, que cuenta con un cierto simbolismo rodeado de sus ritos, su encanto y seducción que, sin duda, se ha convertido en un elemento comunicador presente en todo tipo de encuentros y eventos de diversa naturaleza y condición.
5. PLACER
Disfrutar el vino no es sinónimo de cantidad, no quiere decir que haya que beber más para disfrutar más. El placer del vino es un conjunto de características que hacen a esta bebida única en el mundo. De hecho, los mayores encantos del vino están no solo en el gusto, sino en sus matices cromáticos y en sus aromas. Además el placer del vino se asocia a su consumo moderado y saludable, acompañado con otros alimentos y con otras personas.
6. ALIMENTO
Se considera alimento a toda sustancia -comida o bebida- que los seres vivos toman para sus necesidades como organismo vivo, considerando estas como la capacidad de administrar al organismo macro y micronutrientes con fines nutricionales, sociales y psicológicos. Nutricionales porque proporciona materia y energía, sociales porque favorece la comunicación, el establecimiento de conexiones sociales, y psicológicos porque mejora la salud emocional y proporciona satisfacción y obtención de sensaciones gratificantes. El vino cumple, punto por punto, la definición de alimento: ofrece fines nutricionales, sociales y psicológicos.
7. CAMPO
"El buen vino se hace en la viña" es una expresión que estamos acostumbrados a oír cuando hablamos con viticultores, conocedores de que el origen de la calidad radica en la materia prima. El vino es agricultura, es campo, es un producto natural. El cultivo del viñedo es, por tanto, el origen del vino de calidad, y la profesión del viticultor, a través del trabajo en la viña, lo hacen posible.
8. ECONOMÍA
El mercado del vino es una gran industria en la que participan numerosos agentes que van desde el agricultor que trabaja la tierra para producir las uvas, hasta la comercialización de vinos a escala mundial, pasando por todo un aparato logístico, de marketing y comunicación, entre otros muchos servicios.
En 2017 la producción mundial de vino alcanzó los 25.000 millones de litros, y solo contando el negocio generado en exportaciones mundiales se llegó a la cifra récord de 31.011 millones de euros, un crecimiento del 6,5% que progresa cada año. Tal es la importancia del vino en la economía que Gobiernos de algunos países, como Chile o Australia, se han volcado de lleno en impulsarla. España es el tercer productor de vinos mundial y una de las industrias más importantes del país junto al aceite de oliva y el sector turismo.
9. ESTILO DE VIDA
El vino no es una bebida, es un estilo de vida. El vino no se bebe, se disfruta generando toda una forma de entender su consumo en torno a ella. Los rituales, el conocimiento y la pasión que muestran los grandes bebedores de vino es uno de los atractivos que otorgan carácter y personalidad diferenciadora al vino, así como a sus consumidores. El vino marca la diferencia en cualquier acto social, comida o evento y otorga un estatus diferenciador, sobre el resto de bebidas.
Todo ello ha provocado que en los últimos años se haya apreciado un gran cambio en los gustos de los consumidores, que adquieran mayores conocimientos y demandan vinos de mayor calidad. Este cambio de tendencia viene avalado además por el aumento de la demanda, año tras años, en países que tradicionalmente no consumían vino, como es el caso de China.
10. SALUD
Por último, y por si no fuera poco, si hay algo que hace realmente excepcional al vino, si hay algo que lo eleva por el encima del resto de líquidos del planeta para volverlo verdaderamente mágico, esas son sus propiedades beneficiosas para la salud.
No hay ni uno, ni dos, ni diez, ni veinte,... existen centenares de rigurosos estudios e investigaciones independientes elaborados por centros médicos, universidades, hospitales, instituciones y otros organismos públicos en todo el mundo, que avalan y demuestran los beneficios para la salud del consumo moderado del vino.
Si bien es necesario destacar que el vino, aunque contiene una baja graduación, posee alcohol y su consumo abusivo puede provocar efectos perjudiciales, como también se ha destacado en otros tantos estudios. Por tanto, la mejor recomendación para un efecto positivo en el organismo siempre pasa por un consumo adulto, responsable y con moderación.
Fuente: VINETUR
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