Analizamos 24 marcas de helados líderes en el sector para conocer los ingredientes utilizados, el perfil nutricional, el precio o la información que ofrecen en el etiquetado
Nada apetece más en verano que disfrutar de un delicioso helado. Pero antes de abrir el congelador conviene conocer qué es lo que en realidad estamos tomando. Para ello hay que fijarse en lo que tiene (una cantidad bastante considerable de calorías y grasas y un exceso de azúcares), pero también en lo que no tiene: no aporta casi ningún nutriente interesante, como vitaminas o minerales. Así que no, no es un postre saludable, por lo que su consumo debe ser ocasional. Para ayudarte en tu decisión de compra, en la guía de julio-agosto hemos analizado 24 referencias de las marcas más populares.
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La legislación española establece que hay seis tipos de helados: de crema, de leche, de leche desnatada, helado (sin más), helado de agua y sorbete. Se diferencian por sus ingredientes. El helado de crema, por ejemplo, se elabora con materia grasa de origen lácteo, como nata o mantequilla, mientras que el helado simple se elabora con proteínas lácteas y con materia grasa que puede ser de diferente origen (normalmente se emplean grasas o aceites vegetales, principalmente de coco, a las que a veces se añaden otras de origen lácteo, como la mantequilla).
Para entender mejor de qué estamos hablando podemos clasificar los helados en otros dos grandes grupos.
1. Helados de agua y sorbetes. Ambos están elaborados principalmente a partir de agua, azúcar, jarabe de glucosa y estabilizantes, aunque los sorbetes incluyen además zumo o fruta. A partir de esta mezcla base se añaden otros ingredientes como aromas o colorantes.
2. Helados elaborados a partir de leche, compuestos, además de por leche, por azúcar, jarabe de glucosa, materia grasa, estabilizantes y emulgentes. A estos se suelen añadir otros ingredientes o elementos, como colorantes, aromas (por ejemplo, de vainilla), frutos secos, zumos, frutas, chocolate o galleta.
¿Son sanos los helados?
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Para tenerlo claro, nada mejor que consultar guías dietéticas de referencia como 'El Plato para Comer Saludable' de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard o la Pirámide de Alimentación Saludable de Eroski. En ellas no aparecen los helados, debido a que se trata de un producto que no encajaría en una dieta equilibrada, tal y como refleja la calificación Nutri-Score. Veamos por qué.
Si nos fijamos en el valor energético, la mayoría de los productos analizados aportan entre 250 y 350 kcal por 100 g, una cantidad bastante considerable, sin llegar a ser exageradamente alta. Para tener una referencia podemos considerar que un plato de judías verdes aporta unas 100 kcal; un dónut de chocolate, unas 250 kcal; un plato de lentejas con arroz, unas 300 kcal, y una palmera de chocolate, unas 500 kcal. En este aspecto destacan algunos productos por su escaso aporte energético, como Fruit Pops Eroski (82 kcal), Sorbete limón Eroski (118 kcal) y Colajet (121 kcal) y otros por todo lo contrario, como Nuii almendrado (390 kcal).
En cualquier caso, no todo se reduce a contar calorías. Como se puede entender, no es lo mismo ingerir 300 kcal a partir de un plato de lentejas que hacerlo con un dónut. Así pues, lo importante es tener presente qué ingredientes componen los alimentos que comemos. Una buena parte de los helados analizados aportan una cantidad de grasa notable. Destacan, por ejemplo, Nuii almendrado (25 %), Magnum Double Chocolate, Mini Bombón sin lactosa Eroski y Bombón almendrado Eroski (con un 23 % cada uno) y Magnum Almond (22 %). La grasa es un nutriente necesario en nuestra dieta, ahora bien, solemos consumirla en cantidades excesivas y no debemos olvidar su aporte calórico, algo que también suele sobrarnos.
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Pero lo importante de verdad es el tipo de grasa del que se trate. Así, algunos helados contienen grasa láctea (nata o mantequilla), que no tiene por qué suponer un problema. La materia grasa que se emplea habitualmente es el aceite de coco, presente en casi todas las muestras analizadas. Según las evidencias actuales, puede considerarse que este tipo de grasa tiene un efecto neutro desde el punto de vista nutricional, es decir, no puede calificarse de saludable pero tampoco de insano. Eso sí, se recomienda limitar el consumo de estos tipos de grasa. Por otra parte, hay helados que contienen, además, otras variedades de grasa menos recomendables, como aceite de palma (presente, por ejemplo, en Mini cono sin azúcares añadidos de Nestlé o Bombón almendrado y Sándwich nata, ambos de Eroski).
Lo que sin lugar a dudas se puede calificar como un aspecto negativo de la mayoría de los helados analizados es la notable cantidad de azúcares que contienen (en muchos de ellos se encuentra entre el 21 % y el 28 %), destacando especialmente Magnum Double Chocolate (32 %) y Nuii almendrado (30 %). En el extremo opuesto se encuentran dos tipos de helados sin azúcares añadidos: Mini Bombón de almendras de Eroski (6,5 %) y Mini cono de vainilla de Nestlé (5,3 %). Sin embargo, tampoco este tipo de helados sin azúcar puede calificarse como saludable. A la hora de evaluar un alimento desde el punto de vista nutricional, no solo debemos considerar los nutrientes que aportan, sino también los que no están presentes. Es decir, un helado, a pesar de no tener azúcares añadidos, no aporta cantidades significativas de nutrientes interesantes, como vitaminas o minerales.
Etiquetas: algunas son más claras que otras
Como ocurre con cualquier alimento, es importante consultar el etiquetado para saber lo que estamos comprando. Conviene fijarse en la denominación del producto, que nos informa sobre la categoría a la que pertenece el helado y también sobre otras características (por ejemplo, si tiene chocolate, galleta o frutos secos). Así podremos advertir si estamos ante un helado de nata (es decir, elaborado con grasa láctea, como Häagen-Dazs) o con sabor a nata (es decir, con aromas de nata, pero sin nata, como es el caso de Maxibon de Nestlé y del Sándwich de nata de Eroski Basic).
Por otra parte, hay varias cuestiones que llaman la atención. La primera es que en algunos resulta complicado consultar la información relativa a la denominación del producto o el listado de ingredientes. Es el caso de los helados Nestlé (como Colajet, Mikolápiz o Miniconos sin azúcares añadidos) que, en lugar de aprovechar el amplio espacio que ofrece el dorso del envase para mostrar dicha información, lo hace en el reducido espacio de las pestañas laterales, donde es más difícil de encontrar y de leer.
En otros productos, como algunos de Frigo (Magnum y Frigo Chuches), la información sí se muestra en el dorso del envase, pero se hace difícil de leer debido a que el tamaño de letra no es muy grande, hay poco espacio entre líneas y el texto aparece en diferentes idiomas que no están bien delimitados físicamente. En estos aspectos destacan los productos Eroski, donde la información se muestra de forma más clara y organizada.
Fuente: EROSKI CONSUMER
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