El ketchup que tomamos en los bares y restaurantes es exactamente el mismo que compramos en el súper para el consumo en casa, en el caso de tratarse de la misma marca. Si es así ¿por qué hay diferencia en la conservación? TICbeat ha consultado a varios expertos en nutrición, y la respuesta tiene bastante lógica.
El ketchup es una de las salsas más resistentes que existen. Algunos expertos aseguran, en broma, que podría resistir una explosión nuclear. Entonces, ¿por qué la etiqueta de las versiones domésticas aconseja guardarla en la nevera? No es una cuestión de caducidad, sino de calidad del producto.
El ketchup, según la propia definición de marcas como Kraft y Heinz, es una salsa estable. Esto significa que puede conservarse a temperatura ambiente sin ningún problema. Sin embargo recomiendan guardarla en el frigorífico, una vez abierta, para prolongar su calidad y sabor.
En los bares y restaurantes no es necesario porque se consume mucho ketchup, así que los botes se gastan rápidamente y por eso no pierden calidad.
La marca Heinz lo explica en su página web: “Debido a su acidez natural, la salsa de tomate Heinz es estable. Sin embargo, su estabilidad después de la apertura puede verse afectada por las condiciones de almacenamiento. Recomendamos que este producto se refrigere después de abrirlo. La refrigeración mantendrá la mejor calidad del producto después de abrir”. Queda claro: si quieres que el ketchup no pierda sabor, guárdalo en la nevera.
Algo similar ocurre con la mostaza. Aunque es un poco más complicado porque existen muchos tipos de mostaza, con diferentes tipos de ingredientes más o menos frescos. Según los fabricantes, las mostazas a base de rábano picante y Dijon deben refrigerarse para conservar la potencia y el sabor de dichos ingredientes.
La mayoría de las mostazas son estables a temperatura ambiente, pero pierden el sabor (que a fin de cuentas, es la base de su uso) si las abres y no las guardas en la nevera.
En los bares y restaurantes no es necesario porque se consume mucho ketchup, así que los botes se gastan rápidamente y por eso no pierden calidad.
La marca Heinz lo explica en su página web: “Debido a su acidez natural, la salsa de tomate Heinz es estable. Sin embargo, su estabilidad después de la apertura puede verse afectada por las condiciones de almacenamiento. Recomendamos que este producto se refrigere después de abrirlo. La refrigeración mantendrá la mejor calidad del producto después de abrir”. Queda claro: si quieres que el ketchup no pierda sabor, guárdalo en la nevera.
Algo similar ocurre con la mostaza. Aunque es un poco más complicado porque existen muchos tipos de mostaza, con diferentes tipos de ingredientes más o menos frescos. Según los fabricantes, las mostazas a base de rábano picante y Dijon deben refrigerarse para conservar la potencia y el sabor de dichos ingredientes.
La mayoría de las mostazas son estables a temperatura ambiente, pero pierden el sabor (que a fin de cuentas, es la base de su uso) si las abres y no las guardas en la nevera.
Juan Antonio Pascual
Fuente: Computer Hoy
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