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La respuesta me remontó a aquellas escenas del cine de oro mexicano, cuando Pedro Infante lloraba por ese amor que ya no estaba con un trago de alcohol en la cantina. Automáticamente vino a mi mente este tema: ¿Se imaginan como sería la vida si le intentamos poner a cada sentir una copa de vino o una variedad de uva?
Científicos de la Universidad de Davis (California, Estados Unidos) lograron armar un estudio en el que las personas encuestadas expresaban ciertas emociones a través de las variedades de uva que bebían.
A continuación les daré algunas sugerencias:
- Triste: cuando uno se siente decaído, lo mejor es recibir una buena dosis de energía y para eso lo mejor es tomar un shiraz australiano o un vino español como garnacha.
- Estresado: si el día ha sido bastante duro y no hubo algo de alegría, una buena copa de tokaji de Hungría hará que se relaje.
- Feliz: no existe ningún otro vino que se asocie o se adecue a este estado de ánimo como los espumosos, un buen champagne o un prosecco hará que la sensación de euforia continúe en su cuerpo.
- Fatigado: los vinos blancos, con una buena acidez, ayudan a levantar el ánimo, pruebe con una buena copa de un riesling o un chardonnay para ese momento de pesadez, que tenga la temperatura ideal.
- Aventurero: para esas personas que están algo hartas de la monotonía, y que están en búsqueda de esas sensaciones de aventuras y de conocer algo nuevo, les recomiendo un vino orgánico, algo natural, para experimentar y comparar con otro tipo de vinos, atrévase y luego me cuenta.
- Sensual: para las personas que se sientan especialmente atractivas les van bien esos vinos tintos de la zona de Borgoña, de variedad de uva pinot noir, algún espumoso semi dulce o un champagne.
- Reflexivo: a veces tenemos días en los cuales los problemas no nos dejan descansar a gusto y para eso no hay nada más reconfortante que una copa de chardonnay con barrica o algún fume blanc de la zona de Napa Valley en Estados Unidos.
Como podrán leer, el vino tiene algunas afectaciones a los estados de ánimo y a la forma en que se consume. Sin embargo, no se recomienda beber alcohol para aquellas personas que son maniaco depresivas, que son propensas a tomar fármacos, que afectan al sistema nervioso central al mezclarlas con alcohol y las consecuencias serían realmente fatales.
Y para todos los estados de ánimo, una buena copa de vino; salud y hasta la semana que viene.
José Carlos Palacios Sommelier
Fuente: Diario de Yucatán
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