El Consorcio del Chorizo Español es una asociación voluntaria que agrupa a compañías del sector cárnico español. Todas estas empresas son expertas en producción y exportación de chorizo y tienen el objetivo común de producir y comercializar un Chorizo Español auténtico y de alta calidad.
Un producto muy versátil que en la cocina da lugar a elaboraciones tan sabrosas como este Arroz salteado con chorizo y hierbabuena, una receta ofrecida por el Consorcio del Chorizo Español (CChE).
INGREDIENTES
- 150 g de arroz largo
- Unas rodajas de chorizo
- Unas hojas de hierbabuena
- 1 ajo
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva virgen extra
ELABORACIÓN
- Cuece el arroz largo en agua hirviendo el tiempo indicado en el paquete.
- Mientras, en una sartén con aceite de oliva sofríe un ajo bien picado junto con el chorizo.
- Cuando el arroz esté hecho, cuélalo e incorpóralo a la sartén, salteándolo junto al ajo y el chorizo.
- Añade la sal, la pimienta y la hierbabuena picada, y sirve al momento.
Un poco de historia
La matanza del cerdo es una de las tradiciones gastronómicas y culturales más arraigadas en España. Todo un ritual con el que las familias obtenían carne y, sobre todo embutidos, para todo el año, prácticamente hasta que se realizaba de nuevo. Y es que, aún en muchos lugares, la matanza y su modo de realización de antaño, siguen vigentes en la actualidad.
El chorizo, tal como lo conocemos hoy, nació con la llegada a España en el siglo XVII, desde América, del pimentón, una especia hasta entonces desconocida que le aportó su característico color rojizo y sabor picante, ya que hasta ese momento el chorizo presentaba una tonalidad negra o blanca según llevara sangre o no.
Ya en 1726, la Real Academia de la Lengua recoge una primera definición de chorizo en el Diccionario de Autoridades: “Pedazo corto de tripa, lleno de carne, regularmente de puerco, picada y adobada, que normalmente se cura al humo”. Y es que el fuego y la sal —dos elementos imprescindibles para la aparición de cualquier tipo de chacina— permiten la conservación de la carne por mayor tiempo, y así la carne obtenida en las matanzas se podía consumir durante todo el año, sin problemas.
Hay una curiosa anécdota del Rey Carlos IV que cuenta que estando de cacería se encontró con un choricero del lugar y este le ofreció un chorizo que portaba en sus alforjas; al monarca le gusto tanto, que le nombró proveedor oficial de la Casa Real, hecho que quedó retratado en un tapiz llamado El choricero, del artista Ramón Bayeu.
Fuente: Diario de Gastronomía
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