1- Disminuir el consumo de carne y comerla de calidad
Según la Fundación Española de Nutrición, la cantidad ideal de carne para un adulto es de tres raciones de entre 100 y 150 gramos a la semana y siempre magra, mientras que, según el Ministerio de Agricultura, en 2018 cada español consumió una media de 46,19 kilos de producto fresco, transformado y congelado, lo que equivale a casi 900 gramos semanales.
También hay que priorizar calidad a cantidad y que los productos de origen animal adquiridos, incluidos los lácteos, provengan de ganadería extensiva.
2- Origen del pescado
Para que el pescado que consumimos sea pescado salvaje y sostenible hay que fijarse bien en su etiqueta. Hay que revisar el lugar donde se ha capturado, el nombre de la especie y cómo se ha pescado. El certificado del Marine Stewardship Council (MSC) es el que cuida que se no produzca sobreexplotación, que no haya impacto negativo sobre el medio ambiente y que se cumplan las normativas.
3- Mucha cantidad de vegetales en tu dieta
Verduras que sean de producción ecológica o agroecológica, que es una agricultura en armonía con el medio natural. Los productos certificados son los mejores. Producir un kilo de proteína de judías rojas requiere 18 veces menos de tierra, 10 menos de agua y 9 menos de combustible que 1 kilo de carne de vacuno, según un estudio del NCBI.
4- Compra de proximidad y de temporada
Independientemente de la que vayamos a comprar, siempre que exista la opción, hay que priorizar los productos de cercanía y estacionales. Al consumir alimentos de proximidad se reduce el transporte y la distancia recorrida, los productos son recogidos en su punto de maduración y, por tanto, tienen mejor sabor, mayor contenido nutricional y su precio es menor. El transporte es el responsable de más del 30% de las emisiones de CO2 de la Unión Europea, según datos del Parlamento.
5- Los plásticos no tiene cabida en la gastronomía sostenible
Hojas de plátano para sustituir a los plásticos
España es el cuarto país consumidor de plástico de Europa. Debemos de aplicarles la triple “r”: reducir, reutilizar y reciclar. Lo ideal es adquirir las menos cosas posibles que contengan este material que se convierte luego en microplásticos y en el mar. Sería maravilloso comprar a granel, usar bolsas y botellas reutilizables o llevar fiambreras al mercado.
6- No tirar comida
En 2018, los hogares españoles tiraron a la basura 1.339 millones de kilos de productos cocinados y sin utilizar, según el Ministerio de Agricultura. Planificar el menú semanal, congelar aquellos alimentos que no se vayan a consumir son algunas de las prácticas diarias que ayudan a minimizar el derroche.
7- Investigar sobre lo que estamos comprando
Los supermercados 24 horas y las baldas a rebosar. Hay que cambiar hábitos, complicarse un poco la vida y conocer los alimentos de temporada, saber qué especies marinas están sobreexplotadas… Hacer una compra sostenible precisa de conocimiento y voluntad a partes iguales.
8- Café, chocolate y azúcar
Estos son los tres productos de consumo masivo, los cuales son cultivados generalmente fuera de España. Los principios del Comercio Justo, elaborados por la World Fair Trade Organization (WFTO), garantizan unas condiciones laborales dignas para los productores y el respeto por el medio ambiente en la obtención de los alimentos. En estos productos es importante que busquemos sellos como el de Fairtrade, el Símbolo de Pequeños Productores (SPP), Naturland, Fair for Life y el propio sello de la WFTO.
9- Alimentos y recetas tradicionales
Es importante que sigamos consumiendo los alimentos típicos de cada pueblo y que lo hagamos con las recetas de nuestras madres y abuelas. Necesitamos volver a poner de moda recetas tradicionales con productos típicos de cada comarca. No nos podemos olvidar de las legumbres, ni de la dieta mediterránea, que es muy saludable, pero también muy sostenible.
10- Pequeños cambios para lograr grandes cosas
Parte de la fuerza que tenemos las personas está en nuestras compras. A través de esas pequeñas decisiones estamos diciendo mucho. Si empezamos a consumir mejor, las empresas tendrán que tomar nota de nuestras decisiones, al igual que si compramos alimentos con sellos que garantizan el respeto al medio ambiente. Las empresas querrán respetar el medio ambiente para que les compremos a ellas, no les quedará otra opción que adaptarse a la gastronomía sostenible.
Caja de verduras
JUAN CARLOS FIGUEREO BENITEZ
Fuente: GN Diario
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