El término de "harina refinada" hace alusión al producto originado tras el procesamiento industrial de un cereal que permite retirar al grano entero del mismo, casi todo su germen y la totalidad de su salvado.
Harina blanca refinada, ¿buena o mala para la salud?
Sin dudas, las harinas blancas refinadas constituyen una pieza esencial en nuestra alimentación diaria, pero lamentablemente carece de valor nutricional e incluso, afecta muy mal a nuestra salud. En principio, porque están formadas principalmente por hidratos de carbono que, cuando se ingieren, se convierten en glucosa, la cual eleva el glucógeno, molécula de la cual el cuerpo obtiene energía.
En este caso, se digieren muy rápido. Es una energía muy breve que, además, hace que la insulina aumente. Si bien podemos consumir, por ejemplo, una pizza por semana, al estar basada nuestra dieta en su gran mayoría por harinas blancas refinadas, el aumento de peso es inevitable.
Gran parte de nuestra alimentación diaria tiene harina blanca refinada.
A diferencia de las harinas integrales que conservan el pericarpio (la cascarilla del grano), el germen y el endospermo, a las harinas blancas se les retiran estos dos últimos componentes. Por lo tanto, se destruyen sus nutrientes esenciales y se elimina la vitamina B, que es esencial en nuestra dieta. Además eliminan la fibra, fundamental para la salud intestinal y para mejorar la absorción de los nutrientes.
Por otro lado, al no ser natural sino un alimento procesado e industrializado, le agregan "componentes secretos" para potenciar el sabor y conservarlas. Las harinas procesadas pasan, además, por sistema de refinamiento donde se les pone un colorante blanco.
La harina integral es mucho más saludable que la blanca por sus nutrientes.
Además, el consumo intenso de harinas blancas refinadas puede traer problemas digestivos y de intolerancia al gluten y deficiencia de vitamina B. Esto puede resultar desde alergias hasta problemas cardíacos o digestivos. Resaltamos que, para la elaboración de estas harinas, también se utiliza un tipo de enzima llamada amilasa, la cual es conocida por causar asma.
Por último, las harinas blancas refinadas producen cansancio y fatiga. Es importante sustituir la harina blanca refinada por la integral ya que podremos obtener más nutrientes, regularemos el colesterol y, además, dispondremos de más energía.
MARIA LAURA LAGO
Fuente: MUI Today
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