El Gourmet Urbano: #VINOS | 🍷 Siete mitos sobre el vino que debería sacarse de la cabeza

jueves, 16 de julio de 2020

#VINOS | 🍷 Siete mitos sobre el vino que debería sacarse de la cabeza

Ni el tiempo en barrica garantiza calidad, ni la tapa rosca es sinónimo de mal vino. Guía práctica.

Hablaremos de siete, pero podrían ser 25 o 30 fácilmente. La cantidad de mitos que hay en torno al vino es impresionante y urge combatirlos, porque arruinan experiencias. Empecemos.

1. ‘Me gusta el vino de tal país’


Víctor Manuel Vargas Silva es el editor jefe de la edición del Domingo de EL TIEMPO y escribe, por placer, sobre vinos y destilados desde hace varios años.
Foto:  Michelle Morales

Aunque todo país productor promueve sus vinos, como es natural, el vino no tiene nacionalidad. Solo España, para poner un ejemplo, tiene registradas ante la Unión Europea 69 denominaciones de origen, 19 vinos de pago, 8 zonas de vinos de calidad y 42 indicaciones geográficas protegidas.

Y en todas ellas hay distintos niveles de productores, estilos, climas, suelos, alturas, uvas, mezclas… Por lo tanto, decir que nos gusta ‘el vino español’ (o el búlgaro...) es un error.

2. ‘El precio es siempre una garantía’


Si algo bonito tiene el vino es que es muy democrático: una botella sencilla le puede brindar más placer que el más encopetado de los vinos. Todo depende del momento, los gustos, las experiencias previas e, incluso, de nuestro estado de ánimo ese día

3. ‘El mejor de los blancos nunca será mejor que un tinto’.


Dos de los cinco vinos más caros del mundo en 2019, según Wine Search, fueron blancos (excluyendo subastas): el Egon Müller Scharzhofberger Trockenbeerenauslese Riesling, Mosela, Alemania, puesto 3, con un precio promedio de 13.691 dólares y el Domaine Leflaive Montrachet Grand Cru, Borgoña, Francia, puesto 5, con un precio promedio de 10.910 dólares. Sobre los blancos hay tantos mitos (que jamás tienen cuerpo, que no pueden ser longevos, que solo sirven para pescados y mariscos…), que el tema da para otra columna.

Ver un tinto en una hielera es una escena que escandaliza a muchos. Pero si no está a temperatura, darle un ‘golpe de frío’ es lo que corresponde.

4. ‘Enfriar un tinto es un crimen’.


Ver un tinto en una hielera es una escena que escandaliza a muchos. Pero si no está a temperatura, darle un ‘golpe de frío’ es lo que corresponde. La temperatura ideal de servicio de un tinto es 14 grados centígrados, ya que en la mesa se calentará de 2 a 3 grados, y no debe pasar jamás de los 18. ¿Por qué? Porque se volatiliza el alcohol y eso daña la experiencia en nariz y boca. Además, hay vinos, como los pinot noir, que dan lo mejor de sí al beberse frescos (14 a 16 grados) y por eso puede ver a alguien poniendo y sacando el vino de una hielera para mantener a punto su temperatura. Pero ojo: jamás helado.

5. ‘Tapa rosca, baja calidad’.


Muchos vinos, por forma de producción o estilo enológico, están hechos para consumirse jóvenes y la tapa rosca les da un cierre hermético que garantiza que ese vino llegue a su nariz y boca tal como lo desea el enólogo, y libre de la temida ‘enfermedad del corcho’: el TCA. Grandes productores la usan, y no para bajar costos, sino por razones de calidad.

6. ‘Si lo guardo muchos años se pondrá espectacular’.


Menos del 5 por ciento de los vinos están diseñados para evolucionar en botella. La mayoría están hechos para consumo inmediato. Y el 99 % de lo que se bebe en Colombia no son vinos de guarda. Puede jugar con alguna botella que crea que lo amerite, pero infórmese bien. Para ‘nuevo mundo’, no más de 10 años.

7. ‘A más barrica, mejor vino’.


Más tiempo en barrica no es sinónimo de calidad. De hecho, en España, donde los términos crianza, reserva y gran reserva implican un tiempo obligatorio en barrica, productores de alto nivel se han rebelado contra esta normativa, pues consideran absurdo que la calidad de un vino se asocie a este factor y que sea una camisa de fuerza. Y menos cuando el exceso de madera en los vinos está en franco retroceso. ¡Salud!

Víctor Manuel Vargas Silva
Editor de la Edición Domingo de EL TIEMPO

Fuente: El Tiempo

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