Se trata de cinco creencias que están extendidas en varias partes del mundo. ¿Las conocías?
La palabra superstición viene del latín "supérstites" y se refiere a las personas que salían vivas de una batalla lo cual no era muy honorable en ciertas situaciones. Supersticiones hay muchas y las más conocidas tienen que ver con algún gato negro (pobre minino), pasar por debajo de una escalera o romper un espejo. Mala suerte, dictaminan las tres nombradas.
En el mundo del vino también hay algunas cosas que desde la costumbre y los augurios de mala suerte se recomienda no hacer, y tienen que ver con ciertas acciones que deparan consecuencias desafortunadas que, por supuesto, no tienen explicación.
Se transmiten año a año y generación en generación, y a continuación te contamos cinco de esas "malas suertes" que tienen que ver con el vino, y que fueron recopiladas por Vinetur.com.
Volcar el vino en la mesa es un mal presagio, y la explicación viene desde la religión cristiana, pues se cree en el dogma de la transubstanciación del vino convertido en la sangre de Cristo. Es por eso que verterlo es mala suerte, y por esto se mojan las yemas de los dedos en él para santiguarse y hacer la señal de la cruz. Esto derivó en que volcar el vino en la mesa era señal de bonanza y se mojaban las yemas de los dedos para tocar la frente mientras se disculpaba al torpe que lo hacía al grito doble de "alegría, alegría". Con los vinos espumosos, era mucho más fácil que se vertiera el contenido de la botella por el carbónico y, no tocar la frente era mal presagio.
Derramar vino en la mesa
Volcar el vino en la mesa es un mal presagio, y la explicación viene desde la religión cristiana, pues se cree en el dogma de la transubstanciación del vino convertido en la sangre de Cristo. Es por eso que verterlo es mala suerte, y por esto se mojan las yemas de los dedos en él para santiguarse y hacer la señal de la cruz. Esto derivó en que volcar el vino en la mesa era señal de bonanza y se mojaban las yemas de los dedos para tocar la frente mientras se disculpaba al torpe que lo hacía al grito doble de "alegría, alegría". Con los vinos espumosos, era mucho más fácil que se vertiera el contenido de la botella por el carbónico y, no tocar la frente era mal presagio.
No mirar a los ojos al brindar
En casi todos los países es casi obligatorio mirarse a los ojos al brindar ya que sino, tienes siete años de mal sexo. Sería una especie de derivación de los siete años de mala suerte por romper un espejo. En realidad, el tema del brindis y no perder de vista al de delante tenía mucho que ver con la tradición de chocar las copas para que se vertiese el vino de una copa a la otra y así, se sabia que no estaba envenenada.
Beber con copas nuevas en fin de año
En fin de año, hay que beber en las copas del año pasado, romperlas y hacer otro brindis con copas nuevas para augurar un año nuevo bueno. Sin embargo, hay que decirlo: esta costumbre cayó en desuso porque a nadie le hace gracia cambiar las copas todos los años... ¡con lo caras que están!
Brindar con agua
Los que no toman vino y brindan con agua tienen mala suerte asegurada, ya que esto simboliza el sufrimiento eterno según la cultura de la antigua Grecia y el inframundo de Hades.
Servir con la mano izquierda
Quizás una de las supersticiones mas arraigadas sea la de servir con la mano izquierda lo cual, en la Edad Media, era sinónimo de falta de respeto, traición (para señalar a quien matar) y sobre todo y peor, la parte izquierda, la siniestra, se relacionaba con los ritos y cultos al diablo.
Fuente: mdzol
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