Una de las dos variedades disponibles en el mercado puede ser dañina para el hígado
Tras la publicación de las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los efectos adversos que produce la ingesta de azúcares libres, son muchos los consumidores que han contemplado otras opciones supuestamente más saludables para endulzar sus comidas.
Café con canela Getty Images/iStockphoto
La panela y la miel son algunas de las alternativas favoritas, pero también otros ingredientes como la canela, cuyo consumo a simple vista parecía más recomendable que el del azúcar.
Sin embargo, recientemente algunos expertos han defendido que un consumo habitual de esta especia también puede ser perjudicial para el organismo, concretamente para el hígado. Para entenderlo hace falta conocer cuáles son las dos variedades más comunes del mercado, ya que no todas presentan los mismos riesgos para la salud.
Aunque a todo le llamamos igual, existen varios tipos de canela. Las más comunes son la Ceylán, procedente de Sri Lanka y del sur de India, y la Cassia, cultivada en China y otros países como Indonesia y Vietnam"Beatriz RoblesLicenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos
“Aunque a todo le llamamos igual, existen varios tipos de canela. Las más comunes son la Ceylán, procedente de Sri Lanka y del sur de India - que se conoce como “verdadera” y está más valorada-, y la Cassia, cultivada en China y otros países como Indonesia y Vietnam. Esta última es más popular en Europa y su precio es más económico”, cuenta Beatriz Robles, licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y autora del libro Come seguro comiendo de todo. Ambas se extraen de la corteza interior de árboles del género Cinnamomum, pero son plantas botánicamente distintas, de aquí que su composición oculte algunas diferencias.
Para el consumidor medio puede resultar complicado distinguirlas (y más aún cuando ya están molidas), pero sí pueden observarse algunas diferencias en el aspecto, el aroma y el sabor. Así lo defiende Olga Valldaura, una de las socias de Casa Ruiz, comercio barcelonés especializado en la venta de productos a granel, tales como arroces, algas, cereales y especias, entre otros. Allí disponen de los dos tipos de canela en formato molido o en rama y la primera diferencia que encontramos entre ambas es el precio, siendo la Ceylán el doble de cara que la Cassia. Pero la experta añade algunas más.
Variedades de canela Casa Ruiz, Barcelona
“Si están molidas puede resultar más complicado saber cuál es cuál, aunque por el color podemos hacernos una idea. La Cassia es más oscura, mientras que la Ceylán tiene un tono más claro”, explica Valldaura, quien añade que existe otro modo más sencillo de diferenciarlas. “La rama de la Cassia suele ser más corta y es imposible de partir con las manos. No sucede lo mismo con la Ceylán, que es más larga y tierna, de modo que podemos romperla con facilidad. Además es mucho más aromática y, para mi gusto, más agradable”, declara.
No obstante, lo habitual para muchos consumidores es obtener la canela del supermercado ya envasada. Aquí la cosa se complica, pero siempre nos quedará echarle un ojo a la etiqueta para consultar su procedencia. O no. “Lo cierto es que en el caso de las especias no existe una legislación que obligue a informar en el etiquetado sobre el país de origen del producto”, revela Beatriz Robles. Aún con todo, la experta comparte un truco para poder descubrirlo. “Los botes que ocultan esa información suelen ser de Cassia, ya que cuando se trata de Ceylán normalmente lo indican para darle un valor añadido”, explica.
En el caso de las especias no existe una legislación que obligue a informar en el etiquetado sobre el país de origen del producto”Beatriz RoblesLicenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos
Más de uno pensará que es un tanto exagerado invertir tanta energía para saber qué variedad de canela estamos consumiendo, pero hay una razón de peso. “La Cassia contiene concentraciones más elevadas de curamina, un compuesto tóxico para el hígado que es el responsable de darle aroma a la canela”, confiesa la experta. Precisamente por este hecho, la Unión Europea estableció límites máximos de esta sustancia para aromatizar los alimentos. Sin embargo, en la canela estas limitaciones no existen.
La ingesta tolerable de curamina se limitó en 0,1 miligramos por kilogramo de peso corporal, lo que equivale a una cucharadita de café al día. Robles insiste en que si tomamos canela de la variedad Ceylán no hace falta preocuparse, pero si en nuestra despensa tenemos Cassia y la tomamos con frecuencia, nuestra salud sí podría verse perjudicada. “Si nos gusta añadir canela al café y tomamos varias tazas al día aromatizadas con Cassia, estaríamos pasando los límites recomendados de curamina”, advierte.
Rollos de canela Getty
Debido a la regulación de la UE, hace unos años Dinamarca se vio envuelta en una gran polémica, cuando sus famosas roscas de canela -que allí se conocen como kanelsnegle- estuvieron a punto de prohibirse. La amenaza de obligar a reducir el uso de canela en los bollos y el riesgo de que estos pudieran desaparecer provocó una fuerte reacción del sector, defendiendo el carácter popular de los pasteles. Finalmente se siguieron comercializando.
En cuanto a las consecuencias sobrepasar las recomendaciones de consumo de curamina, se conoce el caso clínico de una mujer de 73 años que acudió a urgencias con dolor abdominal, vómitos y diarreas. La afectada había estado consumiendo durante una semana suplementos de canela, los cuales le habían causado una infección hepática y, como consecuencia, daños en el hígado. Este suceso ayudó a determinar que la combinación de fármacos hepatotóxicos y canela -por su contenido en curamina- podría tener consecuencias negativas para la salud.
Consecuencias del consumo abusivo de curamina
Tras consumir durante una semana suplementos de canela, una mujer de 73 años sufrió una intoxicación hepáticaVarias fuentes de Internet también afirman que esta sustancia podría ser cancerígena, pero Robles aclara que no existe ningún estudio que lo confirme. “El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) indica en su página web que sí se ha probado que en animales puede resultar carcinógena. Pero no dice nada sobre las consecuencias de su consumo en humanos en relación al cáncer”, explica.
En conclusión, si no somos consumidores habituales de canela no hace falta perder el sueño pensando en qué tipo tenemos en la despensa. Pero si la echamos hasta en el yogur, no está de más apostar por una variedad de más calidad. Por eso de cuidar nuestra salud. Y más en estos tiempos.
En conclusión, si no somos consumidores habituales de canela no hace falta perder el sueño pensando en qué tipo tenemos en la despensa. Pero si la echamos hasta en el yogur, no está de más apostar por una variedad de más calidad. Por eso de cuidar nuestra salud. Y más en estos tiempos.
HADA MACIÀ
Fuente: La Vanguardia
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