Trabajar en una cocina con la lechuga es muy sencillo. Su uso es habitual en nuestra dieta, común en el día a día. Está claro que su introducción en las ensaladas está más que extendido, lo mismo que su utilización como guarnición de platos como el cordero. Lo que resulta sorprendente es que reduzcamos la lechuga a uno o dos tipos concretos de este producto, cuando éste cuenta con un abanico de variedades muy diverso y atractivo.
A continuación, desciframos algunas de las lechugas más comunes:
Son cinco de las muchas opciones que ofrece la lechuga. Diferentes sabores, colores muy diversos que hacen de este producto una excelente opción para innovar en la cocina.
La lechuga y sus variedades: todo un mundo.
A continuación, desciframos algunas de las lechugas más comunes:
- Lechuga Batavia: Su uso está generalizado y su cultivo se centra en el Norte de España. De color verde, es una variedad que se oxida fácilmente. Cuenta con un importante número de subvariedades como Venecia, Boavista o Matinale. Aun y todo, habitualmente se diferencian por el color: Batavia Roja y Batavia Verde. Porque sí, también existen las lechugas rojas y esta variedad es un ejemplo. Por definición, hablamos de un producto en el que el agua supone más del 95% y es rico en ácido fólico, por lo que su consumo es muy interesante para las mujeres embarazadas, que encuentran en este alimento una fuente de hierro.
- Cogollos de Tudela: Procedente de las lechugas romanas enanas, tienen una gran proyección en el mundo de la gastronomía. Se cultivan durante todo el año y su sabor es algo más amargo que la lechuga común. Aportan una gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra, pero un bajo aporte energético.
- Lechuga Iceberg: Es uno de esos productos que tiene defensores y críticos a partes iguales. Hay quien la ama y quien la detesta. Habitual en primavera, se siembra entre los meses de enero y junio. Con una forma muy parecida a la col, tiene el hándicap de que aporta menos propiedades nutricionales que, por ejemplo, la romana.
- Lechuga Trocadero: Con gran aceptación en el mercado anglosajón, tiene hojas finas, largas y unidas. Para muchos es conocida como lechuga francesa y está recomendada para aliños suaves.
- Lollo Rosso: Huelga decir que con ese nombre, su origen radica en Italia. De color rojo, sus hojas son rizadas. Muy atractiva a la vista, su consumo es beneficioso gracias a su alto contenido de hierro y cobre.
Son cinco de las muchas opciones que ofrece la lechuga. Diferentes sabores, colores muy diversos que hacen de este producto una excelente opción para innovar en la cocina.
Fuente: Diario Vasco
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