El Gourmet Urbano: #VINOS #VINOSESPUMOSOS 🥂🍾 | Cómo parecer una experta en champán sin serlo y dejar asombrado a todo el mundo

jueves, 31 de diciembre de 2020

#VINOS #VINOSESPUMOSOS 🥂🍾 | Cómo parecer una experta en champán sin serlo y dejar asombrado a todo el mundo

Este año celebraremos las navidades en casita, sí, pero nos regalaremos más el paladar, nuestro gran consuelo a falta de cotillones, dicen los expertos. 

Muy festivo, sí, pero todo mal: copas demasiado llenas, calientes y sin burbujas. ¡Por lo menos varios las sujetan bien! SHUTTERSTOCK

España es el noveno país del mundo consumidor de champán -que sobre todo se despacha en Madrid y Barcelona-, una bebida que cada día nos gusta más a pesar de su elevado precio (difícil encontrar uno de fiar por menos de 25 euros). 

Pero sabemos muy poco de él, a menudo no llegamos mucho más allá del "me encanta el Moët Chandon" y a veces ni siquiera lo bebemos correctamente. Si estas navidades quieres presumir de verdad, aquí tienes unos 'tips' con los que dejar alucinados a todos a tu alrededor a la hora brindar.

NI EL CHAMPÁN ES CAVA NI EL CAVA ES CHAMPÁN


Parece increíble la cantidad de gente que todavía llama champán al cava. Que no pasa nada, vamos, porque el método de elaboración es prácticamente el mismo, pero si te las das de entendida quedas a la altura del betún. Para empezar, porque el champán se elabora en Champaña, una región francesa. Y para seguir, si ya te pones a presumir de entendida, porque ambas bebidas se fabrican con uvas distintas. El champán se hace con Pinot Noir, Pinot Meunier y Chardonnay, juntas o por separado. Por ejemplo, si ves en la etiqueta que se trata de un 'blanc de blancs' significará que está hecho exclusivamente con uvas Chardonnay (soltar este comentario son 10 puntos para Gryffindor). En cuanto al cava, se elabora con uvas Parellada, Macabeo y Xarelo.

UNA COSA ES FRÍO Y OTRA, HELADO


En España nos gusta la cerveza muy fría, el vino blanco muy frío y, por extensión, el champán muy frío... Errrrrror. Cualquiera minimísimamente experto sabe estas dos cosas: que el champán no se mete en la nevera indefinidamente, sino como mucho tres horas antes de consumirse (y eso si no se tiene una cubitera, con agua y hielo, que es el medio más adecuado para enfriar una botella, 15 minutos antes de servirlo); y que la temperatura perfecta para consumirlo es 8º.

LAS COPAS, MÁS VACÍAS QUE LLENAS


¡Que a veces parece que beber esa copa vaya a ser lo último que hagamos en esta vida, por dios! Las llenamos como en las discotecas de los cruceros, hasta el borde... Y no. Las copas -que como sabes ya no se llevan bajas y chatas ni tampoco tipo flauta, sino más parecidas a las de vino, altas pero más anchas en el centro y más cerradas en la boca-, se llenan sólo hasta el lugar donde esa barriga empieza a estrecharse. ¿Que resulta que no piensas tirar tus copas flauta porque ya no estén de moda? Yo tampoco, ni hablar. Entonces, como mucho, un cuarto. Así te aseguras de que vas a beber su contenido a la temperatura perfecta, y no recalentado (por cierto, la copa se sujeta por el tallo, no por el cáliz, por la misma razón). Y la botella, de vuelta a la champañera.

AL DESCORCHARLO NO HAY QUE MANDAR EL TAPÓN A MARTE


Y mucho menos agitar la botella, que es lo más cateto que se puede hacer en este mundo a menos que seas piloto de Fórmula 1 (y aun así). Te sorprenderá comprobar que aunque sujetes el tapón al sacarlo, este no saldrá despedido con tu brazo detrás. No. Se desprenderá mucho más suavemente de lo que te imaginas. Y los demás exclamarán "¡oooOh!" ante tu control de la situación.

LOS CHAMPAN 'ICE' SE BEBEN SIEMPRE CON HIELO


Y los cavas 'ice' también. Es que están pensados para eso. Si no, ¿por qué creías que se llaman 'ice'? Se trata de productos más densos y dulces de lo habitual, mucho más afrutados (incluso tropicales), con una burbuja más briosa, para que el hielo no se los lleve por delante, sino que conserven su sabor y textura durante el tiempo que dure el trago. Lo ideal es enfriarlos con una sola bola de hielo (que tarda más en disolverse que muchos trozos), también admite algún tipo de trozo de fruta. Innecesario.

EN EL APERITIVO Y LA COMIDA MEJOR QUE EN EL POSTRE


Hasta hace unas décadas, los vinos espumosos estaban reservados a los postres y, por supuesto, solo para celebraciones formales, bodas, bautizos, comuniones y uvas de la suerte. Pero ese tiempo ya pasó. Gracias a Thor. Porque un buen champán está mucho más rico y resulta mucho más ligero para tu cuerpo antes de comer que con la barriga llena y la boca ahíta de sabores. También resulta maravilloso para maridarlo, ¿con qué? Con lo que sea. El champán marida bien con todo, animal, vegetal, mineral, salado, dulce, umami, casa igual de bien con sushi que con un guiso de caza. Es una bebida perfecta en ese sentido, que no enmascara el sabor de los platos y sí refresca intensamente la boca en cada trago.

PRIMERO EL BUENO


En cuanto al orden de los champanes, sirve siempre primero el bueno, que para los malos siempre habrá tiempo. Vas a ser más consciente de lo delicioso que está si lo sirves antes, aparte de que le darás la importancia que merece, en vez de esconderlo detrás de otros más normalitos.

¡HAZLE CASO A LAS BURBUJAS!


Esas encantadoras bolitas de gas carbónico que ascienden hasta la boca de la copa antes de hacer 'plop' no tienen nada de inocentes. De hecho, puedes descubrir si un champán es bueno o malo observando sus burbujas (con este comentario dejas a tu cuñado fuera de juego, seguro). En un champán bueno, las burbujas son pequeñas y ascienden lentamente por la copa. Deben hacerlo en hileras finas, cuantas más hileras, mejor el champán. En cuanto a la espuma que forma el champán al servirlo, también tiene algo que decir. Simplificando: un champán que no hace ninguna espuma en la superficie al servirlo, es una porquería. Por el contrario, donde hay espuma hay alegría.

MOËT CHANDON NO ES EL ÚNICO CHAMPÁN DEL UNIVERSO


Está muy rico, viva el Moët, claro que sí, y fue desde luego la marca que abrió camino al champán francés accesible en España, pero nos hemos quedado con su nombre como si pronunciarlo fuese señal de que somos expertos en champán. Y no. En la misma gama hay otros champanes que puedes probar, disfrutar y de los que presumir, como el Mumm Cordon Rouge Brut (36 euros), el Veuve Cliquot (39 euros), el Taittinger Brut Reserve (39 euros), el Louis Roederer - Brut Premier (40 euros), el Bollinger Spécial Cuvée Brut (40 euros)...

Y SI NO ENCUENTRAS LA DENOMINACIÓN DE ORIGEN...


Enunciado trampa, dado que el champán no tiene D.O. Su origen, su forma de elaboración y su calidad se expresan de otras formas. Para empezar, el 'cru'. El 'cru' corresponde a un municipio vitícola, es la combinación particular de una cepa, un terruño y un clima. Existen en Francia 319 'crus' y 280.000 parcelas de identidades específicas. Una particularidad de la elaboración del champán es que suele ensamblar vinos de años diferentes (sin añada). También se pueden mezclar 'crus'. En francés, añada se dice 'millésime'. Cuando ves un champán 'millésime' es porque todas las uvas con las que se ha elaborado son del mismo año. En cuanto al 'brut', que adjetiva a más del 90% de los vinos de Champagne, el término hace referencia a una dosificación. Al final del proceso de vinificación, se añade cierta cantidad de azúcar. El champán menos azucarado es el 'brut nature'. Después vienen el 'brut', el seco y el semiseco. ¿Cuál es el mejor? Esto es como todo, va en gustos, pero lo que está claro es que hoy el 'brut nature' es el que está más de moda y goza de mayor prestigio. Ya se sabe, para dulce, el champín.

SILVIA NIETO

Fuente: El Mundo

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