El Gourmet Urbano: #LICORES 🥃 | ¿A qué sabe el viche? Aromas cítricos, notas salinas, recuerdos de miel...

viernes, 17 de septiembre de 2021

#LICORES 🥃 | ¿A qué sabe el viche? Aromas cítricos, notas salinas, recuerdos de miel...

El viche tiene más de 300 años, dicen los sabedores que lo preparan.
FOTO: Archivo particular

  • La sommelier del Grupo Leo habla de la bebida emblemática del Pacífico, ¿llega la fiebre el viche?
Siendo una apasionada por la gastronomía y la cultura popular he explorando la región Pacífica de norte a sur, por más de una década. El carisma y el carácter de su gente –tan amplia como las playas del litoral– me hacían volver una y otra vez. El viche siempre fue una buena excusa para conocer historias, para acercarme más a la gente. “¿Usté no se ha embichao?”, me preguntaron la primera vez que probé este destilado de caña, cristalino a la vista, con notas salinas, aromas cítricos, recuerdos de miel y atisbo ahumado producto del fuego de leña que interviene en su elaboración.

Y es que, el que se ‘embicha’ por primera vez, no deja jamás el mundo afro y su cosmogonía basada en la relación del hombre con la naturaleza, en la mancomunidad, en la música y el goce. Así, en mi trabajo como gestora de proyectos, fue como conocí a maestros vicheros, mujeres curanderas, parteras y comadres con quienes cree lazos de amistad, trabajo y arraigo al vasto territorio que encierra la selva húmeda.

Más que una bebida alcohólica destinada al disfrute y el entretenimiento, el viche es una manifestación cultural de los afrodescendientes del Pacífico colombiano, que se suma a las luchas históricas de la población en temas de territorio colectivo y reconocimiento de saberes dentro del territorio. El viche se constituye entonces como un elemento transversal a la cultura del Pacífico, pues va ligado a la música, las tradiciones, las fiestas patronales, y a los hitos que marcan la vida y la muerte. El viche, además está ligado a la medicina tradicional y al universo mágico-religioso de los afro pacíficos. Las mujeres lo preparan adicionando hierbas, bejucos, semillas y demás frutos de la selva como base de un repertorio de bebedizos curativos y afrodisíacos, que sostienen y emplean generación tras generación.

A pesar de constituir un importante pilar en la cultura afro, antes de ganar protagonismo principalmente gracias al festival Petronio Álvarez celebrado en Cali, así como otras iniciativas municipales, el viche se relegó a unas cuantas esferas fuera de la región, básicamente por motivos históricos y legales: la Ley de Monopolios Rentísticos establece que la producción y explotación de los licores destilados es exclusiva de los departamentos y que únicamente las comunidades étnicas podían seguir produciendo sus bebidas ancestrales, por el patrimonio cultural que representa para ellas. Esta franja gris que alejó por siglos al viche del resto de la nación, relegó su consumo al interior de las comunidades, a quienes no se les permitió comercializarlo. Hoy, con el pronunciamiento de la Corte Constitucional, que reconoce y protege al viche como un licor tradicional afrodescendiente, finalmente los afros del Chocó, Cauca, Valle del Cauca y Nariño, celebran su identidad cultural y de igual forma la posibilidad de mostrar sus saberes ancestrales.

Como ex consultora del Viceministerio de Turismo, tuve la oportunidad de hacer parte de la Mesa de Bebidas Tradicionales, en conjunto con representantes de los Ministerios de Cultura, Salud, Industria y Comercio, y el INVIMA. Conociendo el proceso de primera mano, sé que no fue fácil consensuar una reglamentación que permita legalizar y visibilizar a quienes producen estas bebidas ancestrales. Por tanto, aplaudo la decisión del Estado colombiano de no solo reconocer estas prácticas ancestrales como patrimonio cultural sino de abrir las oportunidades para diversificar la industria de las bebidas destiladas en Colombia, como motor del turismo gastronómico y cultural en el país.

Ahora bien, como empresaria del sector gastronómico y como sommelier he apostado por el viche como ingrediente clave en el posicionamiento de una coctelería colombiana diferencial inspirada en nuestra diversidad. Siempre tuve la ilusión que el viche se posicionara al mismo nivel del aguardiente o el ron. No soy la única que está convencida que este destilado podría ser para Colombia lo que es el mezcal hoy para México; varios bartenders nacionales y extranjeros han sabido potenciar este noble y versátil destilado en las barras de restaurantes y bares de Bogotá, Cali, Medellín y Cartagena, mostrando con orgullo y disrupción lo mejor de una Colombia multicultural e inclusiva.

¡Salud!

Laura Hernández
Sommelier del Grupo Leo

Fuente: El Tiempo

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