En países como Japón y Corea tienen una preferencia por el café suave, eso explica su interés por el grano colombiano. - Foto: Getty Images/iStockphoto |
Aunque tomar café se ha convertido en un hábito para millones de personas en todo el mundo, la manera de consumirlo varía de acuerdo con las costumbres y preferencias. Juan Pablo Beltrán, chief operating officer de Entorno Import & Export, precisa que “existen innumerables formas en las que se disfruta, pues la cultura cafetera de cada país varía según las costumbres gastronómicas, hábitos de consumo y la cercanía con los países productores”. Por ejemplo, los norteamericanos son muy aficionados a tomar grandes tazas de café.
“En Estados Unidos el café es visto popularmente como una bebida que da energía y se consume en grandes cantidades”, cuenta Beltrán. Sin embargo, en otros países, como Italia, es parte fundamental de la cultura. Allí el espresso es el café más famoso y se toma en cualquier momento del día. Se prepara con café recién molido, pues la frescura es clave para su sabor.
España es uno de los mayores consumidores de café. El consumo medio es de 3,6 tazas diarias. La manera más común de tomarlo es con leche. Sin embargo, su cultura de tapas ha contribuido a popularizar el carajillo, que es un café fusionado con brandy o ron, muy apetecido para iniciar una tarde de copas. En el Medio Oriente la tradición de tomar café tiene más de 500 años. En países como Turquía se toma café molido de origen arábico, servido en cafeteras de metal a las que se les dice cezve.
África es otro continente con una tradición muy fuerte. Por ejemplo, en Etiopía se realiza una ceremonia para su preparación que está ligada a los ancestros. Básicamente consiste en tostar los granos en una sartén plana para, posteriormente, molerlos en un mortero, luego se hierve en una vasija de barro y se deja reposar hasta su fusión. En Asia, los japoneses y coreanos prefieren un café de cuerpo suave. Esto explicaría su interés por cafés como el colombiano, reconocido por ser el café suave más fino del mundo.
Gustavo Villota, director de Café San Alberto, explica que “Latinoamérica se divide en dos tipos de gusto: unos países como Colombia, Ecuador y Chile están inclinados a tomar el café como una bebida larga, en cuanto a cantidad, poco concentrada y más suave. Es costumbre tomarlo como la primera bebida del día. En cambio en Brasil, Venezuela y Argentina lo prefieren un poco más concentrado y fuerte, así que se toma durante la jornada laboral como fuente de energía”.
Otra particularidad de la cultura colombiana es que se inclina por tomar esta bebida muy caliente y en mayor cantidad. “El consumidor colombiano toma por lo general un café que está entre 100 y 150 mililitros”, añade Villota. Además, para disminuir sus sabores amargos se acompaña con azúcar, panela y leche. Lo cierto es que sin importar el lugar y la forma como se consuma, es una bebida muy apetecida para cualquier momento del día y ocasión.
Fuente: Semana
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