En este sentido, el pasado mes de julio un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg (JHSPH) (2021) analizó los efectos del consumo de alcohol en mujeres y concluyó que aquellas que consumían alcohol de forma moderada tenían un menor riesgo de menopausia natural precoz que las no consumidoras. La investigación evalúa los efectos del alcohol en su conjunto, pero también ha analizado el efecto de los diferentes tipos de bebidas alcohólicas. Entre las bebidas específicas analizadas, la evidencia de un menor riesgo de menopausia natural precoz es mayor en el caso del vino blanco y tinto, frente a otros tipos de bebidas. La Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg (JHSPH) es parte de la Johns Hopkins University situada en Baltimore, Maryland. Una universidad fundada en 1876, siendo la primera universidad dedicada a la investigación en los Estados Unidos.
«En la moderación está la clave»
En palabras del Doctor Ramón Estruch, coordinador científico y portavoz de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN), “en la moderación está la clave. Los resultados de este estudio determinan que es precisamente el consumo moderado el que resulta beneficioso para la salud y muestran que el consumo elevado no se relaciona con un riesgo más bajo de menopausia precoz. Estos hallazgos hacen aún más necesaria la normalización de un consumo que respete las pautas de moderación establecidas, y siempre y cuando se enmarque en la Dieta Mediterránea”.
Asimismo, la dieta mediterránea también juega un papel relevante en la prevención de factores de riesgo para las mujeres menopáusicas. Dado el envejecimiento de la pirámide poblacional, las estrategias nutricionales para prevenir la obesidad en las mujeres menopáusicas se están convirtiendo en una necesidad creciente y en uno de los principales objetivos para los nutricionistas. El aumento de peso y los cambios en la composición corporal, mayor acúmulo de grasa a nivel abdominal y menor masa muscular puede dar lugar a un incremento significativo del riesgo de desarrollar enfermedades cardiometabólicas.
Para mejorar su pronóstico, mantener un estilo de vida saludable será crucial, prestando especial atención a la actividad física y la dieta, especialmente la Mediterránea, que también puede incluir el consumo moderado de vino junto con la comida, no más de 1 copa al día.
La Ciencia del Vino y la Salud
Para ampliar éstas y otras informaciones, la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) cuenta con La Ciencia del Vino y la Salud, una plataforma de referencia científica que busca aclarar los mensajes contradictorios que están surgiendo en los últimos años en torno al vino y la nutrición y ofrecer información contrastada y sujeta a rigor científico.
El sector vitivinícola lleva años trabajando en pro de la transparencia a la hora de comunicar los efectos del vino sobre la salud, ayudando a la sociedad a comprender y advertir de las graves consecuencias de un consumo excesivo, las limitaciones en determinados momentos y los posibles beneficios de la moderación en el consumo de vino que la ciencia está descubriendo.
FIVIN aconseja que, aunque numerosos estudios han demostrado los beneficios para la salud del consumo moderado de vino, la mayoría de los investigadores advierten que ello no es suficiente motivo para que alguien que no bebe comience a hacerlo por motivos de salud. Cualquier estudio sobre el vino y la salud no reemplaza el consejo médico de un profesional. Las personas, independientemente de si padecen cualquier enfermedad, deben consultar con su médico antes de tomar decisiones sobre el consumo por su salud.
Para más información sobre el consumo moderado de vino, puedes dirigirte a la página de Wine in Moderation.
Fuente: Vinos de Castilla La Mancha
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