El champagne siempre está presente en las grandes celebraciones, desde las de mayor solemnidad hasta los encuentros íntimos
No cabe duda que la champaña es sinónimo de lujo y elegancia. Se elabora en Champagne, una región ubicada alrededor de una pequeña cadena de montañas, en un valle de terreno calizo, al noreste de París.
Los historiadores señalan que en el siglo XVII la champaña alcanzó mucha popularidad. En 1610, en los brindis por la coronación de Luis XIII, sólo se sirvió esta bebida; Luis XIV no tomaba otro vino hasta que, en 1692, los médicos le prohibieron toda bebida alcohólica.
Pero, ¿con qué uvas se elabora la champaña? Esta bebida sólo puede ser elaborada en la región de Champagne. Para su producción se utilizan tres variedades de uvas: la Pinot Noir, la Pinot Chardonnay y la Pinot Meunier negra.
Registros de Comité Champagne explica que la Pinot Noir es una tipo de uva perfecta en terrenos calcáreos y frescos.
“Es la cepa dominante de la Montagne de Reims y de la Côte des Bar. Los vinos resultantes de estas cepas se distinguen por aromas de frutos rojos y una estructura marcada. La cepa es la que aporta al ensamblaje cuerpo y potencia”, se describe en las investigaciones de la dependencia.
La Pinot Meunier negra, agregan en sus estudio, es una cepa vigorosa por los terruños más arcillosos, como los del Vallée de la Marne, y se adapta mejor a las condiciones climáticas más difíciles para la vid. Proporciona vinos flexibles y afrutados que evolucionan un poco más rápidamente en el tiempo y aportan redondez al ensamblaje.
La pinot Chardonnay "es la cepa de predilección de la Côte des blancs. Los vinos de chardonnay se caracterizan por aromas delicados, notas florales, cítricos, a veces minerales. De evolución lenta, es la cepa ideal para el envejecimiento de los vinos”.
Marichuy Garduño
Fuente: Gastrolab
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